¿Una sociedad de parados?

Friso con Josep Oliver, Teresa Crespo, Salvador Cardús y Pau Mari-Klose

Friso con Josep Oliver, Teresa Crespo, Salvador Cardús y Pau Mari-Klose / periodico

TONI SUST / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las cifras de paro asustan, especialmente en la franja juvenil. Una parte de la sociedad catalana y española vive bajo mínimos y nada indica que su situación vaya a mejorar a medio plazo. Y eso se entremezcla con debates sobre si el futuro pasa por una sociedad en la que no todo el mundo trabaje, en la que la ocupación no sea lo principal que defina a una persona. Supondría un cambio de paradigma, y requería de medidas que hoy no están en vigor, como una renta universal  que garantize los mínimos necesarios para todos, o, un caso distinto, una renta mínima garantizada dirigida a quien está por debajo del linde de la pobreza. El peldaño inferior son las rentas mínimas, destinadas a la población más pobre: en Catalunya la reciben más de 25.000 personas.

La idea de que no será posible volver a un sistema social en el que haya trabajo para todos tiene sus defensores. Pero la de que el empleo siempre será lo que defina a una persona, de que esa es la única vía, también.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"El concepto de trabajo\u00a0","text":"\"El concepto de trabajo\u00a0debe cambiar. No hay ni\u00a0habr\u00e1 para todos\", afirma la presidenta de Entitats Catalanes d'Acci\u00f3 Social"}}

“En general, la sociedad no ha cambiado de valor. El trabajo es un bien y el que no trabaja no tiene derecho a nada. ¡Pero si no hay trabajo para todos ni lo habrá!”, exclama Teresa Crespo, presidenta d’Entitats Catalanes d’Acció Social y expresidenta del comité asesor en política social del Gobierno catalán en los últimos años. “Yo estoy convencida. El concepto de trabajo debe cambiar”. Crespo subraya que ahora prima la obligación laboral, que no la fiscal: “Si todos pagaran impuestos podríamos asumir el gasto social necesario”. Necesario, por ejemplo, para asumir una renta mínima garantizada o similar. Argumenta Crespo que hay gente que no trabajará porque sencillamente no es necesaria.

“NO VEO UN CAMBIO”

El sociólogo y economista Salvador Cardús no cree en este cambio de paradigma: “No lo veo. No tengo una visión pesimista. Creo que en el futuro encontraremos nuevas formas de ocuparnos que hoy son inimaginables. Una organización fuera de los criterios meritocráticos y del mercado todavía está por inventar”. Sobre la posibilidad de que la oferta laboral no vuelva a incrementarse, subraya que en otras etapas ya se llegó a esta conclusión y al final nunca pasó: “No hallo argumentos que sostengan que estemos en una situación en que no haya trabajo para todos. La capacidad de innovar y crear nuevos espacios de actividad es ilimitada o casi ilimitada”. El sociólogo no cree que el mercado laboral esté cerca de saturarse: “Quiero pensar que esta es una situación transitoria”.

El catedrático de Economía de la UAB Josep Oliver afirma que seguiremos trabajando y que será en condiciones duras, por lo que considera que enviar a la población, sobre todo a la más joven, un mensaje que no sea ese, el de que tendrán que esforzarse mucho más, es equivocarse. “No hay alternativa. A los jóvenes les espera un mundo muy duro. Hay que ser mejor. Vamos hacia una sociedad muy desigual, en la que una parte puede quedar excluida”. Oliver enumera los factores que han degradado la situación: la crisis, la globalización y el cambio tecnológico. “La globalización ha cambiado el mercado de trabajo, pero la vivienda impidió que se viera. La depresión salarial es estructural. El cambio técnico ha hecho que se hayan reducido empleos en oficios de gente formada. El cambio técnico y la globalización están aquí para quedarse. Ante ellos puedes resistirte con la educación, pero no lo estamos haciendo. La crisis se podía revertir”.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"No conozco otro camino","text":"\"No conozco otro camino\u00a0que la mejora productiva\", sostiene el economista Josep Oliver"}}

Oliver calcula que en el 2020 o el 2025 se puede recuperar el nivel de empleo del 2007: “La crisis de 1973 se recuperó en 1991”. Oliver cree que en unos años habrá que importar a jóvenes inmigrantes formados. Y recalca la necesidad de formarse y esforzarse: “Que nadie hable inglés es a medio plazo un desastre social”. En cuanto a si habrá o no cambio de paradigma es claro: “No conozco otro camino que la mejora productiva”.

RENTA BÁSICA UNIVERSAL

“Pensar que son necesarias medidas excepcionales porque hay gente que nunca trabajará no está avalado por los datos. Entre 1995 y el 2005 se creó en España empleo para siete millones de personas, no solo inmigrantes. La imagen de que el trabajo se acaba queda contradicha por la tasa de ocupación de las mujeres, que subió entre 15 y 30 puntos”, afirma el sociólogo Pau Marí-Klose, que no cree en una renta universal que garantice los mínimos a todos: “Se estigmatizaría a gente que vive a costa de los ciudadanos productivos”. Marí-Klose juzga preocupante el desplome salarial, y sí cree en rentas que complementen salarios bajos o resuelvan mínimos en función de renta.

Hay quien sí ve el cambio de paradigma. Por ejemplo el profesor titular de Economía y Empresa en la UB Daniel Raventós, que suscribe que cada vez habrá menos oferta laboral: “Hay estudios que indican que hasta 100 empleos podrían mecanizarse en 20 años. Incluidos puestos como el de maestro”. Defiende la renta básica universal para todos los mayores de 18 años y descalifica los argumentos con los que se rechaza.

Una renta de este tipo garantizaría unos ingresos mínimos, fijados en el lindar de la pobreza (unos 7.500 euros anuales). Pero no todos recibirían recursos, algunos deberían aportar más. Se calcula que un 20% pagaría más y que un 80% recibiría más (en proporciones ligadas a su situación económica).

Raventós niega el riesgo de un efecto laboral disuasorio. Como prueba aporta una encuesta realizada al respecto en verano por GESOP: un 86% afirma que seguiría trabajando pese a tener las necesidades mínimas aseguradas. El sistema, por cierto, no prevé sobrecoste respecto del gasto público actual: se financiaría con más aportación de los que más tiene.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Hay estudios que indican que hasta 100\u00a0","text":"\"Hay estudios que indican que hasta 100\u00a0empleos podr\u00edan mecanizarse en 20 a\u00f1os\", argumenta\u00a0Daniel Ravent\u00f3s"}}

Sobre el riesgo de estigmatización, Raventós sostiene que lo conlleva estigma es una ayuda condicionada a renta y no una universal. Y cita una frase de Arthur C. Clarke: “Toda nueva y buena idea pasa por tres fases. La primera es: ‘Imposible, no me hable de tonterías’. La segunda es: ‘Se puede hacer, pero hay cosas más importantes que hacer’. Y la tercera: ‘Ya hace tiempo que venía diciendo que era interesante”.