EEUU acepta por fin llevarse de Palomares la tierra contaminada

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MANUEL VILASERÓ / PILAR SANTOS / MADRID

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Tras 10 años de complejas negociaciones, Estados Unidos y España han alcanzado un principio de acuerdo destinado a resolver la espinosa cuestión de los residuos radiactivos de Palomares (Almería) procedentes de la caída accidental de cuatro bombas nucleares norteamericanas en 1966. El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y su homólogo español, José Manuel García-Margallo, firmaron ayer una histórica «declaración de intenciones» por la que ambos países se comprometen a alcanzar «tan pronto como sea posible» un acuerdo vinculante para rehabilitar la zona de Palomares que incluirá el traslado de las tierras contaminadas a «un emplazamiento adecuado en Estados Unidos».

Margallo no quiso concretar ni plazos ni quién lo financiará. «No vamos a decir ni media palabra de esos detalles», respondió cuando se le planteó en la rueda de prensa, aunque advirtió de que el texto del acuerdo vinculante «está muy avanzado». «La voluntad es hacerlo ya, cuanto antes», ratificó Kerry, para quien, con la firma de ayer, EEUU «asume su responsabilidad», al «reparar el error» cometido «hace 50 años».

HORIZONTE ELECTORAL / ¿Por qué no se ha esperado a tener el acuerdo definitivo para que estamparan su firma los mandatarios? El Gobierno quería atar al máximo los compromisos verbales alcanzados en los últimos meses plasmándolos en un documento antes de las elecciones generales de diciembre. También antes del 50º aniversario de la caída de las bombas, el próximo enero.

Fuentes del Ejecutivo atribuyeron el «significativo» paso dado por  EEUU al «buen clima» creado por la decisión del Gobierno español de permitir que Washington instale el escudo antimisiles en Rota y convierta la base de Morón en el centro para África de su Ejército.

El Gobierno de Obama había empezado a mover ficha el pasado enero, cuando el Departamento de Energía comenzó a analizar la posibilidad de almacenar los residuos procedentes de Palomares en el emplazamiento de Seguridad Nacional de Nevada, una instalación militar situada al norte de Las Vegas. España no dispone de ninguna instalación que pueda almacenar residuos de plutonio. Más tarde, el pasado julio, el mismo departamento de Energía presentó su plan de descontaminación al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

La operación no es sencilla. Según el estudio llevado a cabo por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), se trataría de despresurizar los 50.000 metros cúbicos de tierra contaminada y pasarla después por diferentes tamices. Tras el proceso, el volumen de material radiactivo se reduciría a unos 6.000 metros cúbicos o, lo que es lo mismo, habría que transportar a Estados Unidos el equivalente a 2,1 piscinas de dimensiones olímpicas.

LIMPIEZA EN FALSO / De las cuatro bombas termonucleares caídas en Palomares, dos se recuperaron intactas pero las otras dos liberaron parte de su contenido radiactivo. En una rápida operación de limpieza, Estados Unidos se llevó 5.500 bidones de tierra en 1966. Las autoridades franquistas dieron el asunto por zanjado pero a finales de los 90 el Ciemat dio la voz de alarma al detectar en la zona niveles anormalmente altos de americio, un producto de la descomposición del plutonio que además es muy volátil.

Palomares disponía de grandes planes de urbanización para la zona. Quería sacar tajada de la burbuja inmobiliaria pero los movimientos de tierras hubieran esparcido el polvo radiactivo con consecuencias imprevisibles. El Gobierno expropió y valló en el 2004 los terrenos al tiempo que empezaba una ardua negociación con Estados Unidos, bloqueada durante años por las malas relaciones  entre el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y la Casa Blanca tras la retirada de las tropas españolas de Irak.