Los ecologistas ven improbable que otro oso matara a la osezna de Aran

Apuntan a que pudo ser un cazador furtivo y exigen una investigación más a fondo

Muere una osa en Vall d'Aran

Muere una osa en Vall d'Aran / periodico

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La asociación ecologista Ipcena duda de que la pequeña osa hallada muerta recientemente en el municipio leridano de Vielha e Mijaran (Vall d'Aran) pequeña osa muerta haya fallecido por el ataque de otro oso, como asegura el Conselh Generau d'Aran.

Los restos de la osa, una hembra joven de aproximadamente un año y medio, fueron localizados por un vecino que alertó a los técnicos del consejo aranés, quienes le practicaron una necropsia que determinó que la causa probable de su fallecimiento fue el ataque de otro oso, ya que presentaba mordiscos y arañazos, además de otros golpes causados por una fuerte caída.

En este sentido, los ecologistas apuntan en un comunicado que, tras hablar con varios expertos en la materia, consideran que "es del todo improbable que una osa de un año y medio haya muerto en una pelea con otro oso".

"Según los expertos, un macho no atacara a una hembra de esa edad o dos hembras entre sí sí que podrían pelearse por competencia, a pesar de que una de ellas fuera joven, pero se separarían antes de poner en peligro su supervivencia", explica Ipcena.

Por ello, los ecologistas señalan que no se puede descartar que la muerte de la osa se haya producido a manos de un cazador furtivo y que después otro oso se haya comido los restos de su cadáver.

LOS PEORES ENEMIGOS

"No podemos olvidar que para los furtivos del Vall d'Aran uno de los peores enemigos son los osos, ya que han aumentado los controles de los agentes rurales que a la vez pueden sorprender mes fácilmente la presencia de los cazadores", señala la entidad.

Por este motivo, desde Ipcena solicitarán al departamento de Territori que exija una investigación más a fondo que determine si existe la posibilidad de que un disparo de un furtivo fuera la causa de la muerte de la osa.

Por último, la organización ecologista destaca que en menos de un año en el Aran, cuyo consejo "recibe una cantidad importante de dinero del programa Piros Life" para la reintroducción del oso, han muerto dos osas.

Una de ellas, Auberta, una osezna que se separó de su madre Auberta,y que fue cuidada durante meses en un apartado del bosque pero que falleció al enganchársele el chip que llevaba en la barriga en una rama y se desangró, y ahora esta joven osa, "fallecida en circunstancias totalmente inusuales en el medio natural".