Dueñas, líder 'best-sellera'

Xavier Bosch, Espinosa, Redondo y Gironell triunfan entre sus incondicionales

María Dueñas, firmando en Sant Jordi.

María Dueñas, firmando en Sant Jordi. / periodico

ANNA ABELLA / BARCELONA

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«Unos lectores me han dicho que han bautizado Sira a su bebé», en honor a la protagonista de su best-seller El tiempo entre costuras, cuenta orgullosa María Dueñas, gran triunfadora de la diada, que debía intuir lo que se le avecinaba con La Templanza (Planeta), pues sus dedicatorias, quizá para satisfacer al máximo número de fans eran fugaces, con pequeñas variantes de «Con cariño»: «Con cariño para la mejor madre», «Con muchísimo cariño». Aliviado se quedó un hombre de que cortaran la fila después de él, pues llegaba con dos ejemplares: «Son para dos tietes de 80 y pico años, una vive en Alemania, y les gustas mucho», le revelaba a la autora. «Feliz» con Sant Jordi (lleva unos cuantos), «un día muy especial en el que lectores y escritores compartimos la misma alegría», firmaba Dueñas en la carpa de Casa del Llibre de paseo de Gràcia codo con codo con otra best-selleraDolores Redondo.

Cerrada con Ofrenda a la tormenta (Destino) su negra y mitológica trilogía, la autora de El guardián invisible, ya en la primera firma, apartó rápidamente la silla y se puso de pie: «Es que me gusta estar a la altura del lector, y así hago tres en uno: beso, selfi y firma». Firma que en esta su tercera diada, una jornada «tan intensa como una descarga eléctrica», era: «Gracias por unirte a la magia de Baztán».

Xavier Bosch, en lo alto del podio en catalán con un relato tan infaliblemente santjordiesco como la historia de amor de Algú com tu (Planeta), empezaba tan romántico con sus lectores como en su libro -«Hoy es el día de mirarnos todos a los ojos y compartir un momento de intimidad»-. Previsor para no quedarse sin tinta, iba pertrechado el periodista y escritor de tres bolígrafos negros de punta fina y contento de tener enfrente a sus fans después de «estar muchos meses, más de un año, encerrado escribiendo la novela».

No faltó puntual a la cita con su legión de incondicionales Albert Espinosa, que repartía aquí un beso, allí una caricia, allá unas palabras de ánimo. Llevaba sudadera azul, a juego con su último título, El mundo azul. Ama tu caos (Grijalbo / Rosa dels Vents), y no dudaba en asegurar que, «sin duda, arriesgarse es siempre la solución»: «Hay que reinventar el mundo y para eso hay que dejarse llevar por tu caos, que no es otra que tu instinto». Dio y recibió, como siempre, regalos de sus lectores de todas las edades y condición. Una joven le entregó una rosa hecha con una cápsula de Nespresso; otro, el libro de Mitch Albom Llamadas desde el teléfono del cielo, otra un lote de mermelada y plum cake, puede que velando para que Espinosa no desfalleciera ante la agotadora jornada de firmas, en las que se prodigaba animoso escribiendo dedicatorias del estilo de «Sois geniales» o «Eres pura luz». 

Volvía Martí Gironell con nueva novela histórica, Strappo (Ediciones B). Ya sabe bien el autor de El pont dels jueus qué es un Sant Jordi y sin embargo se mostró encantado de coincidir en las firmas «en la Champions de grandes autores a los que admiro, como Ken Follett y Jo Nesbo». «Yo también haría cola para que me firmaran...». Una Champions llena de superventas.