La soledad de los padres del desaparecido Hugo

GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

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Hugo Ferrara, un barcelonés de 27 años, desapareció en Brasil el 20 de diciembre Brasil del 2015, después de entrar en el parque natural de la Chiapada Diamantina, en el estado de Bahia. Desde entonces, su familia lo busca sin descanso. Y sin ningún tipo de ayuda. Ni de las autoridades españolas, ni de las brasileñas. Tratando de encontrarlo, su madre y su hermana pequeña Paola han viajado hasta Brasil. Fruto de su esfuerzo han sido los hallazgos más relevantes de esta investigación familiar y tenaz, a la que cada día se le añade un gramo de angustia y se le quita uno de esperanza.

El padre, Giovanni, explica que necesitan tener la tranquilidad de que no han dejado "ningún camino por recorrer" para dar con el paradero de su hijo. Después de más de 17.000 euros gastados en contratar a guías que los han estafado, de pelearse con políticos y funcionarios brasileños o de andar a pie por la Chapada Diamantina, ahora piden ayuda al gobierno español. "No queremos dinero, tan solo que nos ayuden a hacer todo lo posible", subrayan Giovanni y Paola. El próximo sábado 18 de junio han convocado una concentración en la plaza de Sant Jaume a las doce del mediodía para buscar apoyo. 

LA DESAPARICIÓN

Paola acostumbraba a seguir a través de Facebook las andanzas de su hermano. De pronto observó que las entradas en la página de su perfil se interrumpieron. Viajaba con teléfono móvil pero no lo cogía y después dejó de dar señal. En Navidad no les hizo llegar ningún mensaje, tampoco en Fin de Año. Tras estos, comenzaron a acumularse más indicadores preocupantes.

Hugo meditaba cruzar todo el parque de la Chapada Diamantina en un solo día para reunirse con su amigo finlandés Kristian Helenius en Lençóis (Bahia). También tenía reservado un hostal hasta el día 22. Después, el plan de viaje seguía hasta Feira de Santana (Bahia), una localidad en la que les esperaba su amiga Aranda Souza. Tras unos días juntos, tenían previsto acudir al festival de música Universo Paralelo, del 27 al 4 de enero, para el que Hugo ya había pagado una entrada de 500 reales (unos 150 euros). Sus intenciones incluían viajar a Chile, con un billete de avión ya pagado. Demasiados planes y demasiados compromisos para olvidarlos todos sin dar ninguna explicación. 

LA BÚSQUEDA

La familia denunció la desaparición a los Mossos d’Esquadra, a la policía italiana (Hugo tiene la doble nacionalidad, su padre Giovanni es italiano) y a las autoridades brasileñas. Sin embargo, el Ministerio de Exteriores no aceptó que era un caso de desaparición hasta que ya habían transcurrido dos meses.

Para entonces, Paola y su madre ya habían viajado a Brasil. Allí le han buscado durante casi tres meses. “Nos hemos peleado con todos y lo único que hemos conseguido ha sido gracias a nuestra insistencia”. Lo que han logrado no es poco.

Paola descubrió por su cuenta que en el ordenador portátil de Hugo no se había cerrado la sesión de Gmail. El Gmail recoge una última sincronización con su teléfono móvil geolocalizada en Seabra (Bahia), a las tres de la mañana del 20 de diciembre. Gracias a este hallazgo Paola dedujo que habría llegado haciendo autoestop hasta la puerta de entrada de la Chapada Diamantina.

Las autoridades brasileñas, sin ninguna presión por parte de las españolas (ni tampoco de las italianas), no facilitaron las comprobaciones de la venta de billetes en la estación de autobuses ni de sus cámaras de seguridad. Tampoco fueron capaces de comprobar el registro del parque. Fueron Paola y su madre quienes se personaron en el parque natural y convencieron al vigilante para que les dejara cotejar su hoja de registros. Dio resultado: anotado con su puño y letra, encontraron escrito el nombre de "Hugo Ferrara" y la hora de entrada. Desde entonces han armado tres expediciones tres expedicionescon guías y han costeado el desplazamiento de una unidad canina de rastreo. Los perros localizaron un palo -que Hugo posiblemente usó como un bastón- abandonado a unos 10 kilómetros de Lençóis, donde le esperaba Kristian.

Ellos no van a parar de buscarlo. Pero sin ningún tipo de ayuda gubernamental -y en un país como Brasil- su búsqueda será una quimera. 

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