RAZONES PARA UN ACONTECIMIENTO

El cirujano atribuye al talante catalán una parte de su éxito

Una tráquea reconstruida (izquierda) fue introducida en el pecho de Claudia Castillo, a la derecha, auscultada por Macchiarini tras la operación.

Una tráquea reconstruida (izquierda) fue introducida en el pecho de Claudia Castillo, a la derecha, auscultada por Macchiarini tras la operación.

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

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Paolo Macchiarini (Pisa, Italia, 1958), cirujano torácico del Hospital Clínic y artífice del primer trasplante de tráquea que se ha hecho en el mundo --primero también que no exige tomar fármacos inmunosupresores a la paciente receptora--, atribuye a la ausencia de personalismos y a la facilidad para mover propósitos complejos que ha encontrado en Barcelona una parte importante del éxito del acontecimiento científico. Se define "cien por cien italiano", pero insiste en que, tras haber ejercido en Italia, EEUU, París y Hannover (Alemania) --allí estaba en el 2005, cuando el Clínic le ofreció un contrato-- es en Catalunya donde puede trabajar con más libertad.

"La mentalidad dinámica y abierta que he encontrado aquí es única, no la he conocido antes --afirma Macchiarini--. Esa apertura en la forma de pensar me ha permitido trabajar con grupos de científicos de otros países y desplegar una logística muy compleja sin encontrar ningún tipo de impedimento".

En el desarrollo del trasplante de tráquea intervinieron científicos de las universidades de Milán (Italia) --donde se elaboró el biorreactor que transformó las células madre en condrocitos de cartílago--, Padua (Italia) --allí se lavó la tráquea extraída de un cadáver-- y Bristol (Gran Bretaña), donde ensamblaron la pieza, que luego voló a Barcelona.

DOS ÓRGANOS

El próximo hito médico que tiene entre manos consiste en intentar un doble trasplante de tráquea y laringe, empleando también células madre del receptor para componer los nuevos órganos y evitar el tratamiento contra el rechazo. La tráquea había sido, hasta ahora, uno de los escasos órganos del cuerpo que no era posible trasplantar. Ya solo queda el cerebro.

"Siempre he querido hacer el trasplante de tráquea, pero era casi imposible --explica el cirujano--. He visto a niños terriblemente enfermos a los que no podíamos aplicar nada que tuviera buen resultado". La tráquea, prosigue Macchiarini, dispone de una microcirculación sanguínea exclusiva que lo complica todo. Además, quien la recibiera en un trasplante convencional necesitaría tomar unas potentes dosis de fármacos inmunosupresores durante toda su vida. "Es un órgano muy rico en células del sistema inmunológico", dice. Por eso no se hacía.

El trasplante realizado en el Clínic lo había ensayado con animales desde 1992. Los trabajos preliminares en Barcelona los financió con una beca del Instituto de Salud Carlos III, de Madrid. "¡Ahora la técnica me parece tan sencilla!", exclama.

Macchiarini tiene en lista de espera, para intervenir de forma inmediata en el Clínic, a otras dos enfermas que precisan un trasplante de tráquea en las mismas circunstancias que la primera. Una enferma vive en Alemania --es una mujer joven, madre de dos hijos, con cáncer de pulmón-- y la otra, en Alabama (EEUU). Sufre cáncer de tráquea. "La sanidad pública española lo permite --explica--. Existe la libre circulación internacional de enfermos, y el Clínic ya es un centro de referencia europeo en enfermedades del aparato respiratorio".