CONTROL DE LA FAUNA
Cigüeñas como buitres en Lleida
La proliferación descontrolada de la especie amenaza la convivencia y el patrimonio cultural
Eduardo López Alonso
Periodista.
Trabajo en El Periódico de Catalunya desde 1992, la mayor parte de ese tiempo en la sección de Economía. Ahora, en la sección Panorama que agrupa a Economía, Política e Internacional. Antes estuve en el diario ABC (Economía), Televisión Española (Economía), Grupo Recoletos (gratuitos locales) y en el ámbito de las televisiones locales (realizador). Licenciado en periodismo, diplomado en publicidad, máster de Información de Económica por la UAB y el Col·legi de Periodistas de Catalunya, cursé el doctorado de Económicas en la Universitat de Barcelona, pendiente de tesis doctoral ('Gestión de medios de comunicación en tiempos de crisis'). Autor del libro 'Las prejubilaciones del menosprecio'.
EDUARDO LÓPEZ ALONSO / BARCELONA
"Las cigüeñas son como buitres". El comentario de un vecino de Sudanell, cerca de la ciudad de Lleida, es intencionalmente despectivo. Lo que a ojos del visitante es una imagen pintoresca y casi bucólica se está volviendo en algunas zonas de España una presencia molesta y hasta peligrosa. En Lleida, las cigüeñas han dado la espalda a la migración africana y han decidido instalarse de manera estable en la zona. Lo de 'buitre' debe entenderse como adjetivo para describir a un ave que cada vez se muestra más oportunista y ha formado una gran colonia en torno, por ejemplo, del vertedero de Montoliu. Comida en abundancia, calor suficiente y posibilidades de prosperar son los elementos que hacen que las cigüeñas blancas se hayan apoderado del paisaje del Segrià y que en muchas ocasiones pongan incluso en peligro el patrimonio cultural, por su costumbre de instalarse en los tejados de iglesias y edificios elevados.
ACUMULACIÓN DE NIDOS
En Sudanell, las cigüeñas planean constantemente efectivamente cual buitres, en su vuelo constante entre los nidos y los alrededores. No menos de media docena de nidos se observan junto al campanario de la iglesia del centro de esta pequeña población. Ya no se trata de los típicos nidos de un par de palmos que hacían las cigüeñas cuando llegaban de África en verano. Los nidos de cigüeña son actualmente grandes acúmulos de ramas secas de metro y medio de espesor y media tonelada de peso. La falta de presupuesto público hace que en algunas iglesias de Lleida la retirada regular de nidos no se haga tan a menudo como se debiera. Pese a ello existen asociaciones de defensa y medidas de control de la especie auspiciadas por la Generalitat de Catalunya.
PATRIMONIO CULTURAL
Y es que la instalación permanente de cigüeñas se ha constatado como un verdadero problema contra el patrimonio cultural y la convivencia ciudadana, no solo en Lleida, también en Aragón y Navarra, por ejemplo. Las aves tienen incluso dificultades para encontrar zonas adecuadas para la nidificación y empiezan a verse nidos en construcciones precarias, y en instalaciones industriales o agrarias.
El riesgo de desplome de los nidos siempre existe. Hasta los postes eléctricos sirven para alojar nidos.
Mientras algunos ejemplares se han encontrado muertos en los vertederos, lo cierto es que las medidas de protección se mantienen y la población no deja de aumentar. Cada vez es más difícil calcular el número de cigüeñas existente en la provincia de Lleida. Solo en torno a la Seu Vella se han llegado a contabilizar más de 50 ejemplares, pero en el vertedero de Montoliu su número fácilmente supera los tres dígitos, y la población en el norte de España se cuenta por miles de parejas.
TAMBIÉN EN ARAGÓN
La situación se ha tornado más grave en Aragón. Según publica EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, en Alfamén, en el Campo de Cariñena, el ayuntamiento ha invertido 6.000 euros en la colocación de una estructura metálica con una especie de cesta. No muy lejos, en Calatorao, en la comarca de Valdejalón, se ha construido junto al río una torre metálica con la intención de que se muden a ella las ocupantes de los 18 nidos que sobrecargan la cubierta de la iglesia parroquial. La idea es colocar en la torre nidos artificiales que las atraigan para que no entren en el casco urbano.
Uno de los pueblos más frecuentados por las cigüeñas en España, Alcolea de Cinca, en la provincia de Huesca, abordó el problema de forma radical a principios del 2013. Por orden municipal, se empleó una grúa para desalojar los 39 nidos que había sobre la iglesia, una acción que provocó que Izquierda Unida llevara el caso ante las Cortes de Aragón. Y es que la cigüeña es también símbolo de la defensa medioambiental por lo que la lucha contra esta especie está también mediatizada por su defensa. El equilibrio entre ambos elementos todavía no se ha encontrado.
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