Gente corriente

Brigitta Lamoure: «Yo gay y transformista y en un taller mecánico»

David Cano es Brigitta Lamoure, un rostro del espectáculo con una palpitante vida detrás.

«Yo gay y transformista y en un taller mecánico»_MEDIA_1

«Yo gay y transformista y en un taller mecánico»_MEDIA_1

MAURICIO BERNAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

-Mi vida ha sido un desastre, pero ahora soy feliz. Hace siete años que soy feliz.

-¿Qué quiere decir? Quiero decir que antes de eso fue horroroso. Para empezar, fui un hijo no deseado. Nunca he recibido cariño, no estoy acostumbrado. Hasta ahora me estoy acostumbrando a dejarme querer.

-Leí por ahí que fue carnicero. He hecho de todo. Empecé a los 18 años limpiando casas. Mi madrastra no nos quería, y a todos los hermanos nos fue echando de la casa. Dejaba una bolsa de basura llena de ropa en la puerta y no podías volver a entrar.

-¿Qué hizo? Me vine caminando a Barcelona: caminando a Barcelona desde Barberà del Vallès, no se lo pierda. Era tan niño y tan inocente que ni se me pasó por la cabeza viajar sin pagar.

-¿En qué más ha trabajado? Cuidando ancianos, vendiendo libros, en una pescadería… Pero el principal trabajo que tuve fue de carnicero.

-Eso. Carnicero. Empecé sin cobrar, deshuesando pollos. Hay un espectáculo que hago con The Chanclettes en el que yo despiezo a mi compañero en el escenario. ¿Sabe por qué lo hago tan bien? Pues porque sé de carnicería.

-¿Fue carnicero mucho tiempo? Durante 19 años. Cogí ese trabajo como podía haber cogido cualquier otro; fue mi forma de sobrevivir. En el mundillo teatral les llama tanto la atención que me conocen como «el carnicero». Pero llegó un punto en que me cansé de la carnicería y durante unos meses me dediqué a vender líneas de telefonía móvil en lugares sin cobertura.

-¿Cómo? ¡Una estafa! Fue horrible, horrible. Engañando a la gente. Así que lo dejé. Luego trabajé en un taller mecánico.

-No lo veo, la verdad. Un ambiente muy machista, sí. Imagínese, yo gay y transformista. Recuerdo que había el típico póster de una tía en pelotas, así que yo dije: «¿Por qué no ponéis también el de los bomberos? Yo en casa tengo uno». Había algunos de ellos que me rechazaban, pero al final me los gané a todos y terminaron queriéndome mucho. Y luego sí, solo me he dedicado al espectáculo.

-¿Por qué no antes? ¿Recuerda lo que le dije al principio? ¿Que ahora soy feliz? ¿Que hace siete años que soy feliz? En gran parte tiene que ver con que hace siete años conocí a mi marido actual. Él fue el que me animó. Así que vine a Barcelona, a hacer un curso para ser actor.

-¿Dónde estaba antes? En L'Hospitalet de l'Infant. Aún vivo allí. Voy subiendo y bajando.

-¿Fue entonces cuando se inventó a Brigitta Lamoure, al hacer el curso? No, Brigitta Lamoure ya existía desde antes, y funcionaba sola, pero yo quería estudiar para actuar porque lo que realmente quería era ser actor. Para que me entienda, el mundo del espectáculo yo siempre lo he llevado en la sangre. Yo veo una caja de cerveza y me subo, necesito el escenario. La Brigitta nació hace 10 años, para la fiesta de cumpleaños de mi hermana. Era un personaje para la fiesta, para hacer feliz a la gente, para dar una sorpresa, y la sorpresa justamente es que ahora vivo de ella.

-Ahora la Brigitta es una cara televisiva, ha hecho hasta las campanadas en BTV, pero eso es reciente. ¿Qué hacía antes? De todo. Fiestas privadas, despedidas de soltera, cumpleaños, aniversarios de boda... Esos fueron los comienzos. Pero que conste que la Brigitta no es un papel, yo me visto fina y femenina pero no me creo que sea una mujer. La Brigitta soy yo.