Bloques antagónicos unidos por el planeta

Cuatro grandes frentes geopolítcos han pugnado en París por sus respectivos intereses particulares

Paris Bourget clima climate

Paris Bourget clima climate / periodico

ANTONIO MADRIDEJOS / PARÍS

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Las conferencias internacionales del clima o COP, como son conocidas técnicamente, son un circo diplomático en el que participan centenares de delegados de todos los rincones del mundo, muchos de ellos abogados y economistas muy bregados que a menudo colaboran en función de sus respectivos intereses nacionales. En la de París se han dibujado cuatro grandes bloques geopolíticos.

1. POTENCIAS EMERGENTES

China y la India producen, respectivamente, el 27% y el 7% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y, si sigue la tendencia y nadie lo evita, sumarán entre ambas el 50% en el 2050. Así que se comportan como lo que realmente ya son. "Se saben potencias internacionales y no están dispuestas a que nadie les discuta", resume Josep Garriga, asesor de la fundación Empresa y Clima y exdirector de la Oficina Catalana de Canvi Climàtic. Y lo logran. Han rechazado tajantemente que el acuerdo de París los incluyera como países donantes financieramente y todas sus aportaciones serán voluntarias. También podrán aumentar sus emisiones, algo que nadie ha discutido (habida cuenta su nivel económico), pero se les emplaza a que lo intenten hacer más lentamente. China, con un impresionante problema de contaminación, ha presentado un compromiso de mitigación muy ambicioso para el 2030. India argumenta con razón que 300 millones de sus ciudadanos aún no tienen electricidad.  

2. ESTADOS UNIDOS

Los representantes de la Administración de Obama, con el muy activo John Kerry al frente, han mostrado un comportamiento amistoso salvo cuando surgían cuestiones de soberanía nacional que podrían encallarse cuando tuvieran que ratificadas en su Congreso. EEUU representa el 15,5% de las emisiones mundiales de CO2, pero ninguno de los grandes les supera en producción per cápita (17 toneladas por habitante y año). A diferencia de lo que sucedió con el protocolo de Kioto de 1997, ahora se muestra convencido de avanzar por la senda de la descarbonización. Gran implicación de sus empresas, interesadas en liderar la transición hacia una economía más verde. Ya sabemos lo que dice Obama: "El cambio climático es la mayor amenaza que pesa sobre las generaciones futuras".

3. UNIÓN EUROPEA

La Unión Europea asume que su peso es cada vez menor en materia climática (10% del CO2 mundial), pero sigue apostando por la ambición y confía en seguir reduciendo emisiones por su cuenta. Ha mostrado un comportamiento unitario sin divergencias internas, ni siquiera de la díscola Polonia. Destacado papel de la presidencia francesa, muy particularmente del ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, que maniobró con acierto y recibió un gran aplauso en la sesión de clausura. "Después de muchos años de esfuerzos, es una gran victoria para Europa", dijo con orgullo el comisario europeo de Acción Climática, Miguel Arias Cañete.

4. PAÍSES MÁS DESFAVORECIDOS

Los más de 100 países que constituyen el pelotón de cola, aunque los realmente muy pobres son oficialmente una cincuentena, la mayoría africanos, han luchado con denuedo para mejorar las ayudas financieras para hacer frente a los primeros estragos del cambio climático y han logrado un honroso resultado: hay un compromiso para lograr los 100.000 millones de contribución anual en el 2020 y para aumentarlos progresivamente a partir de entonces. Los pequeños países insulares del Pacífico y el Índico también se han apuntado una victoria al lograr que el acuerdo incluyera como meta deseable que la temperatura media mundial no aumente más de 1,5 grados. Les va la vida.