El beicon fue el origen de la marca blanca

Las marcas blancas las alumbraron en 1869 en el Reino Unido los Sainsbury, un matrimonio de tenderos.

T. P. / BARCELONA

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El nombre de marca blanca se debe a que, al principio, los envases de estos productos eran de color blanco y únicamente figuraba el nombre genérico del alimento: arroz, harina, azúcar, papel higiénico... Esta era la imagen que tenían estos productos cuando llegaron a España en la década de los 70. Los primeros artículos fueron precisamente alimentos básicos no perecederos.

Las marcas blancas las alumbraron en 1869 en el Reino Unido los Sainsbury, un matrimonio de tenderos. Estos botiguers ingleses pusieron a la venta unas lonchas de beicon, un producto típicamente inglés, con el nombre de su establecimiento. Desde entonces ha llovido mucho.

En España el boom de este fenómeno se produjo a finales de la década de los 90 y «ha sido espectacular gracias al fenómeno Mercadona que ha ejercido un papel fundamental en el impulso de las marcas blancas», según Gázquez-Abad. Un portavoz de la cadena de tiendas valenciana asegura que ellos no venden marcas blancas «sino que el nombre de Hacendado se ha convertido en una marca propia y sinónimo de calidad en alimentación, como sucede con Bosque Verde en droguería», matiza un portavoz de la empresa. Lo mismo ha sucedido en Suiza «un país con una de las rentas per cápita más elevadas donde la marca blanca está considerada de una gran calidad y una enseña nacional», asegura Gázquez-Abad. En Alemania, Lidl o Aldi apenas representan el 34%.

Los datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ponen de manifiesto la evolución de las marcas blancas. En el 2011, el 7,6% de los españoles declaraba que no compraba ningún producto de este tipo y el año pasado el porcentaje ascendió hasta el 12,8%.