UN FENÓMENO DELICTIVO propio de la capital de las dos ruedas

Barcelona, siete motos robadas al día

¿A usted también le han robado la moto? ¿La ha recuperado o sigue a la espera? Relátenos su experiencia en un correo aentretodos@elperiodico.com. Los casos más interesantes se publicarán en EL PERIÓDICO.

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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Barcelona y las motos van indisolublemente unidas. Para lo bueno y para lo malo. Así, si bien la gran presencia de motos en la ciudad sirve para descongestionar el tráfico, también hace que la capital catalana sea, según muestran las estadísticas de las aseguradoras, la urbe española donde, con diferencia, se roba más este vehículo de dos ruedas. Según los Mossos d'Esquadra, del 1 de enero al 31 de julio de este año, en Barcelona se robaron 1.565 motocicletas, lo que deja una media de 7,3 motos robadas cada día. Esta cifra supone que en lo que va de año se ha robado el 0,7% del parque de motocicletas matriculadas en la ciudad.

Aunque la cifra es aún muy alta, la presión policial ha logrado que sea un 7% inferior a la del año anterior y continúe una dinámica de descenso desde el 2008, cuando en la ciudad se robaban una media de 9,6 motos cada día. Con respecto a ese año, el número de motos robadas ha bajado casi un 25%. A esta tendencia se suma que en los siete primeros meses del 2012 se recuperaron el 53% de las motos sustraídas.

218.000 MOTOS MATRICULADAS / Mossos, aseguradoras y empresas de alarmas consultadas por este diario coinciden en que la principal razón de que en Barcelona se roben tantas motos es que es la ciudad donde hay matriculadas más. «En Barcelona se roban más motos que en ningún otro sitio porque es donde más hay», dice el director de la web Foromotos. Según la Dirección General de Tráfico, Barcelona es la ciudad europea con más motos: hay matriculadas 218.000 (una por cada siete habitantes), mientras que en Madrid hay 164.000 (una por cada 19 habitantes).

«Buena parte de las motos robadas son enviadas al extranjero, sobre todo a Marruecos. Otras muchas son desguazadas y sus piezas utilizadas como recambios», explica el inspector de los Mossos Pere Guillén, subjefe del Àrea Territorial de Investigación de Barcelona. En otros casos, las motos son sustraídas por ladrones que las utilizan para hacer robos por el método del tirón e incluso para empotrarlas en los escaparates de establecimientos comerciales.

Pero la mayoría alimentan el mercado negro, local o extranjero. «Por un escúter robado, en el mercado negro en España se pagan unos 1.500 euros», dice David Bernárdez, gerente de Asiro, una empresa de diseño y venta de dispositivos de geolocalización de vehículos.

Pero los ojos de los ladrones no miran de igual modo todas las motos. Las estadísticas de las aseguradoras muestran que los escúteres son las motocicletas más robadas. Las bandas tienen en su punto de mira dos modelos: la Honda SH y la Yamaha XP 500. «Con ambas motocicletas hacen estragos», dice el responsable de Foromotos.

«Son las más robadas ya que sus piezas tienen salida en el mercado paralelo de recambios», cuenta Iván Domínguez, director comercial de la correduría Pont Grup, especializada en los seguros de motocicletas. Las estadísticas de esta compañía son clarificadoras. A modo de ejemplo, de todas las Yamahas aseguradas por esta compañía que fueron sustraídas en el 2011 en España la mitad fueron robadas en Barcelona. «De las 4.627 Yamahas que teníamos aseguradas, fueron robadas 83 en toda España. De ellas, 42 fueron sustraídas en Barcelona. En Madrid robaron 12», cuenta Domínguez.

«Buena parte de los robos son por encargo», explica. «Alguien tiene un accidente de moto y esta ha quedado dañada. Algunos talleres, en lugar de pedir piezas originales, encargan a ladrones que roben una moto que sea del mismo tipo. Una vez que la tienen, alvuelcansobre la moto accidentada. Es decir, sacan las piezas y con ellas reemplazan las dañadas», cuenta el responsable de Pont Grup. Los recambios de motos son caros y las piezas robadas se venden a la mitad de precio.

GRAVES PERJUICIOS / En Barcelona, donde quien tiene moto no la usa con fines lúdicos sino sobre todo para ir a trabajar, la sustracción supone un contratiempo grave para la víctima. «A mí me ocasionaron un perjuicio tremendo pues la moto la uso para ir a trabajar», dice Isabel Mateu, a la que robaron la moto de noche delante de su casa. Cuando bajó a la calle y vio que el vehículo había desaparecido se le cayó el mundo encima. «No lloré porque estaba mi hija. Los Mossos me dijeron que si los que me la habían robado la querían para piezas ya me podía olvidar», recuerda.

Ester Esteban ha probado este sinsabor por partida doble, pues ya le han robado dos motos. «Al final me he comprado una menos habitual a ver si así no me la roban», cuenta. «La sensación que te queda es que tanto da cómo la protejas, que te la van a robar igual», comenta.