Gente corriente

Arlene Bayliss: "Siempre te dan ganas de saber qué hay al otro lado"

Esta mujer es fronteriza, viajera y relatora de viajes de otros. Los cuenta en Viaje con Escalas.

«Siempre te dan ganas de saber qué hay al otro lado»_MEDIA_1

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CATALINA GAYÀ

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-¿De dónde le viene la pasión viajera? 

-Viajar no es difícil: todos los viajeros que aparecen en mis relatos comparten la inquietud por descubrir el mundo. Supongo que hay quien decide que vale la pena correr el riesgo: la diferencia es hacerlo o no. En el 2013, fundamos Viaje con Escalas, una plataforma multimedios para compartir historias de la diversidad del mundo.

-Usted viene literalmente de la otra esquina de Latinoamérica.

-Soy de Tijuana. Encontré un máster de periodismo de viajes y me dije: «No tengo casa, ni carro ni hijos', y vine a Barcelona».

-Lléveme a Tijuana con sus palabras.

 

-Yo la llamo Tijuana la coqueta: es una ciudad pizpireta, coquetona, que tiene sus encantos y sus matices. A Tijuana se le exige mucho y solo tiene 127 años. La mitad de los vecinos de Tijuana somos producto de migraciones, de gente que está buscando establecerse en alguna parte y, a veces, esa parte es Tijuana.

-Es una ciudad en construcción.

-Yo no me había dado cuenta de que Tijuana era un rancho [pequeña] hasta que salí. ¡Tiene buenas exposiciones, hay calidad de vida! Todos los siglos que tiene Barcelona me hacen pensar en el tiempo que ha tenido que pasar para que Barcelona esté donde está...

-¿En qué sentido?

-Aquí hueles la cantidad de historias que han construido esta ciudad. Tijuana es muy grande, tiene la misma cantidad de población que tiene Barcelona, pero aún es muy joven, está en su niñez.

-Nace en una frontera, ¿cómo la marca tener el bordo enfrente?

-En todo: en tu vocabulario, en tu cultura, en tu vestir, en tu grupo de amigos. Nosotros decimos así: «Ahorita vengo, voy del otro lado». Todo depende de si tienes papeles para cruzar. Si tienes papeles, te compras la ropa allá, vas a los conciertos allá, a lo mejor los fines de semana en vez de ir a la playa de Rosarito, te vas a Long Beach. Si no tienes esos papeles, eso solo lo ves: te traen ropa, te cuentan, ves las fotos... Formas parte de esa bicultura. Eres muy diferente al resto de México, pero no somos estadounidenses. Imagine que yo primero fui a Suiza antes que a Chiapas.

-¿Y a usted como viajera?

-Supongo que al tener otro país tan cerca te dan ganas de saber qué hay al otro lado y luego al otro lado de ese lado. Luego, ya se empezó a poner muy pesado, la línea era muy pesada, luego inventaron la centri.

-¿La línea?

-Es la fila que haces con los autos para cruzar la frontera.

-Y la centri…

 

-Como fronterizo tienes una visa especial. Esa visa especial te da derecho a otro filtro de seguridad por el que pagas 100 dólares más y que te permite ir por un carril especial. Tu coche está inspeccionado, es un doble control del doble control... Pagas más para evitarte dos o tres horas de cola.

-El escritor Luis Humberto Crosthwaite...

 

-Tiene un libro precioso de lo todo que se vive al cruzar la frontera. Del vocabulario fronterizo, de cómo adecuas tu tiempo calculando las dos horas que perderás ahí, de los vendedores... La frontera es una identidad propia.

-Ahora parece que la violencia se ha desplazado.

 

-La violencia no ha parado. Estando fuera me di cuenta de que me acostumbré a vivir con la violencia. El inicio de Tijuana está ligado a las drogas, a los casinos, a lo que el norteamericano no puede acceder en su país. Es algo con lo que Tijuana ha crecido, es parte de su tronco. Pero los ciudadanos trabajamos para hacer más verde ese tronco. No es fácil.

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