TENDENCIA EN LOS COLEGIOS

Huerto. Magia. Teatro. ¿Te estás pasando con las extraescolares de tu hijo?

Los expertos recomiendan no saturar la agenda de los niños, que deben tener tiempo para jugar en el parque e, incñuso, aburrirse.

Los expertos recomiendan no saturar la agenda de los niños, que deben tener tiempo para jugar en el parque e, incñuso, aburrirse.

Olga Pereda

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Huerto. Magia. Capoeira (arte marcial afro-brasileño). Ajedrez. Patinaje. Chino. Robótica. Yoga infantil. Vivimos una explosión de actividades extraescolares, que cada vez son más variadas, modernas, lúdicas y dirigidas a niños más pequeños. Es frecuente encontrar chavalines de cuatro años que acuden a varias extraescolares a lo largo de la semana, desde judo hasta teatro musical. Las asociaciones de padres y madres aplauden el auge y niegan que suponga aumentar la jornada escolar. Mientras, psicólogos y pedagogos advierten de los riesgos de que los niños tengan agendas de ejecutivos sin huecos libres para estar en el parque, descansar o, simplemente, aburrirse.

Los datos del Ministerio de Educación revelan que más del 90% de los niños entre 6 y 16 años realizan alguna actividad extraescolar, según un informe de 2010. “El actual 'boom' de actividades extraescolares es exagerado, aunque responde a la demanda de los padres. Cada vez estamos más implicados en la crianza de nuestros hijos y queremos darles de todo. Especialmente, cosas productivas, cosas que le sirvan para algo. Y aprender lo que sea siempre está bien. Sin embargo, creo que un niño de dos años más que aprender inglés lo que necesita es tirarse del tobogán”, explica Elisa López, psicóloga infantil, madre de dos hijas, y responsable de la web 10 en conducta.

"Un niño de dos años más que aprender inglés lo que necesita es tirarse por el tobogán"

Elisa López

— Psicóloga infantil

“Entiendo la preocupación de los padres para que los suyos hablen bien inglés, pero ¿de verdad hace falta que con dos años vaya a clases particulares?”, añade López, para quien las actividades extraescolares “se nos están yendo de las manos”. No es bueno que los pequeños tengan solo un par de días (o un día) a la semana para estar en el parque y jugar sin que nadie les dirija ese juego. “Los críos deberían ser dueños de su tiempo y sus juegos para fomentar su autonomía. Al menos, un buen rato cada día. También necesitan aburrirse, y eso es algo que se está perdiendo. Estamos criando niños y niñas con agendas de altos ejecutivos y ejecutivas”, concluye López, que recomienda a los padres que antes de apuntar a sus hijos a una actividad tengan en cuenta la edad de sus hijos, a quienes, además, deberían preguntarle siempre si la actividad les gusta y motiva.

Planificación educativa

“Vivimos un mundo muy competitivo y eso se ve también en los menores, a los que se les exige mucho”, añade Valentín Martínez-Otero, psicólogo, pedagogo y profesor de la facultad de Educación en la Complutense de Madrid. En su opinión, lo más importante a la hora de decantarse por una actividad extraescolar es la planificación y la intencionalidad educativa. Es decir, no apuntar a los chavales a lo primero que se nos ocurra. “Los padres y madres deberían hablar previamente con los maestros para analizar la personalidad de los críos y así poder escoger actividades que compensen limitaciones, contribuyan a potenciar las aptitudes y satisfagan los gustos infantiles”, explica.

El profesor universitario insiste mucho en la intención educativa con el objetivo de que la tarea que se realiza al salir de clase favorezca el desarrollo del niño. Por ejemplo, si el chaval es tímido quizá una buena opción sería apuntarle a teatro para que tenga roles diferentes al suyo o a fútbol para que aprenda a jugar en equipo. “No se debe sobrecargar la agenda de los niños porque les puede afectar en el plano psicológico. Una niña de cuatro años puede estar estresada. Sí, estrés real. No lo dirá con palabras, claro, pero dará señales de alarma. Por ejemplo, dolores de cabeza, rebeldía excesiva y alteraciones del sueño o la comida”, subraya el profesor de la universidad Complutense.

"No se debe sobrecargar la agenda infantil. Una niña de cuatro años claro que puede sufrir estrés"

Valentín Martínez-Otero

— Psicólogo, pedagogo y profesor de la universidad Complutense

Martínez-Otero añade que los niños deben asistir a clase (y hacer los deberes, en caso de que el maestros los ponga), al mismo tiempo que han de tener espacio para la familia, los amigos, el descanso y el aburrimiento. El profesor de la facultad de Educación insiste en que es fundamental que los pequeños descansen, que es algo que está “directamente relacionado con el rendimiento y la calidad de vida”.

El auge de las actividades extraescolares, mientras, tiene unos clarísimos defensores: los padres y las madres. Es un hecho que, en muchos casos, son la única vía para poder conciliar. “Mi hija sale del colegio a las cuatro de la tarde. Mi horario laboral hace imposible que la vaya a recoger. La hemos apuntado a Huerto, Magia y Teatro. Primero porque le gusta. Y segundo porque así sale a las cinco y a esa hora sí que puedo ir a buscarla”, afirma Mónica, madre de una niña de siete años escolarizada en un colegio público de Madrid.

► Más informaciones de Mamás, papás y niños

Mamás, papás y niños

Comodidad y precios más económicos

Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA), explica que las actividades extraescolares son ahora muy diversas y lúdicas. En su opinión, no se trata de un aumento de la jornada escolar sino de la posibilidad de que los chavales disfruten de un tiempo de desconexión para hacer cosas que les gustan. “Las asociaciones de padres y madres hemos hecho un grandísimo esfuerzo para que las extraescolares se realicen en los mismos colegios. Eso conlleva dos ventajas: comodidad porque así no tenemos que ir de un lado a otro llevándolos a diferentes actividades y segundo, precios más económicos que si optáramos por un centro externo”, explica Cardenal. Los precios varían mucho dependiendo del centro, la actividad y el tipo de profesionales que la impartan. Las más caras suelen rondar entre los 50 y los 40 euros (natación o música especializada, por ejemplo) mientras que las más básicas (como el fútbol) rondan los 20 euros.

La responsable de CEAPA destaca que los padres y madres siempre deben preguntan a sus hijos antes de apuntarles a alguna actividad. También reconoce que es una vía para poder conciliar el trabajo con los horarios escolares, pero destaca que ningún padre en su sano juicio satura la agenda de su hijo con cuatro horas diarias de extraescolares por más lúdicas que sean.

Hacer los deberes también es una extraescolar

Natación. Kárate. Atletismo. Teatro. Atletismo… La oferta de extraescolares es inmensa en muchos colegios, tanto los privados como los públicos y concertados. El fútbol sigue arrasando entre los niños (también robótica) mientras que las niñas se decantan por patinaje, canto o gimnasia rítmica. La mayoría de materias tienen una clara función lúdica o deportiva. Sin embargo, hay otras dedicadas a aprender asignaturas. Es el caso de <strong>Estudio dirigido</strong>, donde los niños (más mayores) hacen sus deberes –u otra tarea escolar- guiados por un profesor.