FRONTERA HERMÉTICA

El muro que separa familias

Una valla de cuatro metros de altura que separa México de Estados Unidos impide que decenas de personas puedan reencontrarse

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Cada fin de semana, decenas de familias se reúnen a ambos lados de una valla de cuatro metros que separa Estados Unidos de México para reencontrarse, comer o simplemente para hablar. Este muro, que sirve de frontera entre ambos países y está situado en el parque de la Esperanza en Tijuana, comunica y divide familias.

Para todos los que se acercan a la barrera representa una ocasión especial, un viaje que tal vez hagan solo una vez en la vida. "No puedo tocar a mi mamá, pero puedo tocarle el alma", declara Blanca, que lleva 15 años sin ver a su madre.

El reencuentro entre familias se avecina prácticamente imposible después de que el presidente de Estados Unidos Donald Trump continúe con la idea de reforzar un muro entre ambas naciones y deportar de forma masiva a todos los inmigrantes indocumentados que se encuentren en el país de las barras y las estrellas.

Cada día, 180 mil personas cruzan la frontera buscando el sueño americano. Aunque no todos consiguen llegar a la meta: muchos son deportados y acaban viviendo en la calle. Para ayudar a las personas que se encuentran en esta situación, Patrick creó en 1987 La Casa del Migrante, un espacio que acoge alrededor de ocho mil personas al año, donde les ofrece un plato de comida y acompañamiento, entre otras cosas.

“Ahora nos estamos preparando para la próxima etapa, que son las deportaciones masivas que nuestro presidente Trump está prometiendo”, asegura el sacerdote al equipo de Sin Filtros.