PSICOLOGÍA

El secreto para llevarte bien con tu ex: sí, es posible

Tras una ruptura y pasado el tiempo necesario para superar el duelo, muchas personas se plantean retomar el contacto con sus antiguas parejas

Gwyneth Paltrow y Chris Martin

Gwyneth Paltrow y Chris Martin / CJ CL**NY**

Ángel Rull

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Mantener una relación estable es difícil, pero aún lo es más llevarse bien tras una ruptura de pareja. Las dudas nos asaltan: ¿Es realmente bueno llevarse bien con un ex? ¿Implica la amistad que uno de los dos siga enamorado? Aunque las circunstancias determinan estas respuestas, sí existen unos puntos comunes para cimentar una relación de amistad sana con nuestro antiguo compañero.

Somos una de las pocas especies animales que conservan la monogamia como modo de vida, y por ello estamos abocados a las rupturas. 

Objetivo: salud mental

Tras una ruptura y pasado el tiempo necesario, muchas personas se plantean retomar el contacto con sus antiguas parejas. En muchas ocasiones esto es debido a que se tengan hijos o que existan amigos en común, pero no todo debe ser circunstancial. Nuestra salud mental aumenta si somos capaces de perdonar.

No se trata de convertirse en su mejor amigo, no siempre es necesario y/o conveniente, sino que bastaría con poder tomar café de vez en cuando, poder expresar nuestras preocupaciones o sentirnos apoyados.

Son muchos los beneficios que podemos obtener con esa buena relación, y no solo porque vemos así aumentado nuestro círculo social cercano. La amistad repercute en nuestra sensación subjetiva de tranquilidad y serenidad al no tener temas pendientes. Además, esta tranquilidad, sumado al nivel elevado de sociabilidad, aumenta el bienestar y la sensación de felicidad. También la amistad es un gran indicador de que hemos conseguido pasar página, por lo que estaríamos preparados para empezar una nueva relación. Y, además, en el caso de tener hijos en común, los beneficios también les repercutirán a ellos.

Receta para el éxito

Pasar página y continuar con nuestras vidas es más fácil si nos comprometemos con nosotros mismos y con el otro a cambiar la actitud y poner de nuestra parte para que las cosas salgan bien. Tras romper la relación suele ser habitual que puedan surgir viejas discusiones sobre temas no cerrados. Para ello es importante marcarse un objetivo claro: si en su momento no se solucionó, ¿por qué se tendría que hacer ahora?

La ira, los celos y diversos sentimientos negativos tienen que simplemente aceptarse, respetarse y saber que, aunque surjan, no nos llevan a buen camino. Reordena el pasado, colócalo en un nuevo lugar y acepta que no siempre salen las cosas como queremos. En resumen, deja atrás el pasado.

Distánciate hasta donde creas

Como se señala más arriba, no es necesario convertirse en el mejor amigo de un ex. De hecho, poner distancia suele ser una estrategia necesaria para poder pasar página. Esa distancia debe ser tan grande como los dos necesitéis.

Para algunas personas es tan sencillo como no tener a su ex en las redes sociales y otros necesitan varios meses de contacto cero.

Perdonar para superar y avanzar

El perdón es una de las fortalezas personales más complejas pero más útiles del ser humano: nos ayuda a sanar heridas, asumir responsabilidades propias, promover el autocuidado y, sobre todo, continuar de forma óptima con nuestras vidas. Aunque no siempre resulta fácil, por lo que muchas personas acaban necesitando acompañamiento terapéutico.

De hecho, han surgido diferentes programas y modelos de terapia para poder perdonar, como el ideado en la Universidad de la Mancomunidad de Virginia por el psicólogo Everett Worthington, donde trabaja con las emociones, la aceptación y los diferentes puntos de vista de los hechos.

Perdonar, aceptar y superar, desear la felicidad del otro y la propia y tiempo, sobre todo tiempo, son siempre necesarios a la hora de superar una ruptura y conseguir después mantener una relación saludable o una amistad con nuestras exparejas. Aunque no siempre es necesario. Y lo más aconsejable cuando no se es capaz de llegar a la cordialidad es pasar página, poner punto y final y reiniciar nuestras vidas.

Ángel Rull, psicólogo clínico.