Montjuïc piensa en verde y salva el barrio de La Satalia

La modificación del PGM incluye la desafectación de las casas de la falda de la montaña, así como la preservación del entorno y el freno a la edificación para proteger el gran pulmón verde

Una vista del barrio de La Satalia, junto a la montaña de Montjuïc.

Una vista del barrio de La Satalia, junto a la montaña de Montjuïc.

LUÍS BENAVIDES / Barcelona

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La desafectación del singular barrio de La Satalia, la supresión de una perrera y, sobre todo, el compromiso de no edificar más equipamientos son los principales cambios contemplados en la última modificación del Pla General Metropolità (PGM) en el ámbito de la montaña de Montjuïc. Estas y otras consideraciones son la respuesta a las alegaciones presentadas por parte de vecinos, entidades y operadores que actúan en la montaña. El doble objetivo: regular las actividades y proteger su valor natural.

La Associació de Veïns La Satalia ha sido una de las entidades más beligerantes. «Nos ha costado muchos años que entiendan que La Satalia es uno de los pocos rincones insólitos que quedan en Barcelona. Su patrimonio edificado, con viviendas del siglo XIX, es muy valioso», explica la presidenta de la entidad vecinal, Ana Martínez, quien denuncia que casi 200 familias en la falda de Montjuïc han vivido con el desasosiego de que desapareciera su barrio.

VALOR PATRIMONIAL

La modificación del PGM reconoce el valor de algunas edificaciones y otros espacios con entidad histórica. Sin embargo, la zona requiere, según el consistorio, «una ordenación a partir de un Pla de Millora Urbana (PMU)» que el ayuntamiento deberá definir en los próximos meses con las entidades del barrio. Este punto, lejos de tranquilizar, preocupa a los vecinos: «Con la afectación sabíamos, para bien y para mal, que era imposible construir. Si desafectan la zona pueden correr peligro nuestras casas porque el vecindario está desprotegido. Por eso luchamos para que reconozcan su enorme valor patrimonial», explica la presidenta vecinal. El coordinador territorial de urbanismo, Alberto Piedrabuena, defiende que la última modificación del PGM garantiza que «prácticamente la totalidad se conservará» y solo podría afectar algún caso «muy puntual» todavía por estudiar.

ADMINISTRATIVO Y REAL

Para el consistorio, los trabajos iniciados para actualizar el PGM del 1976 van en la línea de preservar la montaña de Montjuïc «como el gran pulmón verde de la ciudad y ordenar la montaña desde una perspectiva unitaria que preserve y refuerce su papel como gran parque equipado metropolitano». Piedrabuena subraya que «no se perderán más metros de zona verde», y que las cotas más altas y los acantilados gozarán de protección especial. El Centre d'Estudis de Montjuïc (CEM), por su parte, defiende que primero debe hacerse un «inventario» porque la planificación urbanística vigente presenta desajustes con los usos actuales. «Existe una confusión entre el verde administrativo y el verde real. De esta manera, nos encontramos con zonas urbanizables que actualmente ya son verdes y que deberían protegerse», dice Sergi Garcia, miembro del CEM.

PARQUE DE ACOGIDA

La supresión del Parc d'Acollida d'Animals de Companyia (PAAC) ha sido uno de los cambios más celebrados. «Una perrera entre el cementerio de Montjuïc y el paseo del Migdia suponía una ocupación con mucho impacto, y que además iba a ser muy molesta para los vecinos de Can Closa», añade Garcia. En esta misma línea, la presidenta de la asociación de vecinos de La Satalia reclama que se acabe de una vez con la histórica consideración de Montjuïc como «un cajón de sastre en el que todo cabe».