La lucha viral contra la leucemia termina con éxito

“Tengo un donante”. Con estas breves palabras el joven malagueño Pablo Ráez, de 20 años, que en los últimos meses ha viralizado su llamamiento para donar médula, anunciaba esta tarde que por fin han localizado un donante compatible y que podría suponer el inicio de la cura de su leucemia. Frente a la alegría demostrada en las redes sociales por sus miles de seguidores, Ráez no ha podido evitar compartir con sus miles de seguidores cierto “temor” por tener que volver a un hospital y los recuerdos que traen los largos meses ingresado.

Ráez se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la leucemia en tiempos de internet. Ha compartido con sus seguidores cada paso del tratamiento, su estancia en el hospital hasta que recibió el alta el pasado 21 de septiembre, sus estados de ánimo, sus alegrías y sus bajones. Su llamamiento ha conmovido a muchas personas, que han acudido en masa en Marbella y en otros puntos de España a realizarse la prueba de compatibilidad. Por eso, este lunes insistía en que la lucha había que continuarla.

UN MILLÓN DE DONANTES

“Hay que seguir donando, porque no donáis por mí, donáis por vosotros, por un mundo más solidario, por vuestros hijos, amigos”. Su objetivo, según ha explicado en otras ocasiones, es llegar al millón de donantes, como refleja el 'hashtag' con el que suele compartir sus publicaciones, #retounmillon. Así, además de agradecer a “tantísima gente" que se ha volcado en él, "gente anónima, equipo sanitario, amigos, familia”, aprovechaba para animar a todos aquellos que “están pensando en hacerse donante”. A ellos les decía que “no tengan miedo, que no es peligroso donar, es peligroso recibir esa medula”.

Su historia se hizo conocida a mediados del pasado mes de agosto, cuando colgó en sus perfiles sociales una carta titulada “Siempre fuerte”. En ella, este deportista apasionado por el crossfit, describía cómo había recaído de la leucemia que le fue diagnosticada en la primavera del 2015, que le supuso perder incluso la vista durante un tiempo. Pero sobre todo lanzaba un canto a la necesidad de vivir, repleto de optimismo, con el que trataba de concienciar a la población de la importancia de donar médula ósea. En una anterior ocasión fue su padre quien donó.

MIEDO AL RECHAZO

Su campaña surtió efecto, y los donantes de médula aumentaron en Málaga ese mes más de un 1.000%, pasando de las 91 personas contabilizadas en julio a más de 1.000 en agosto. Ahora, una de ellas se ha demostrado compatible, por lo que Ráez vuelve a tener una segunda oportunidad.

“Es curioso cómo esta noticia para todo el mundo puede ser tranquilizadora, emotiva [...] Sin embargo, pocos pueden pensar en el miedo que puedo sentir yo. Es algo muy duro”, confiesa, relatando su temor a nuevos tratamientos de quimio, los efectos de los medicamentos o “la incertidumbre" de no saber cuánto tiempo estará ingresado o incluso si habrá un rechazo. Sin embargo, no pierde el optimismo y reconoce que aunque “será lo que tenga que ser, solo queda luchar, solo queda estar SIEMPRE FUERTE [escribe en mayúsculas] hasta que tu cuerpo no pueda más”.