La cirugía privatizada por Mas salía el 12% más cara que la pública

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ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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El argumentario que utilizó la Conselleria de Salut en la pasada legislatura, bajo la presidencia de Artur Mas, para -en un hecho sin precedentes- incorporar al Sistema Sanitari Integral d’Utilització Pública (SISCAT) cuatro centros privados con finalidad lucrativa, con el compromiso de derivarles cada año importantes porciones de actividad quirúrgica y asistencial, ha resultado no ser cierto. Según aseguran los actuales responsables del departamento tras auditar su relación económica con dichas entidades, ni es más barato operar en quirófanos privados que hacerlo en los públicos, como enfatizó el anterior director del Servei Català de la Salut (CatSalut), Josep Maria Padrosa, ni era la única forma de reducir las enormes listas de espera que llegó a acumular el sistema. 

El 'conseller' Antoni Comín, que se había comprometido a deshacer una circunstancia que considera anómala y de difícil encaje en la legislación sanitaria catalana y estatal, promovió el pasado febrero la expulsión del SISCAT de dos de dichos centros, el Hospital General de Catalunya (HGC) y la Clínica del Vallès, ambos propiedad de IDC Salud, del fondo de inversión CVC (ahora adquirido por el grupo alemán Fresenius Helios), que desde el 2012 formaban parte de la red pública. El concierto con la clínica vallesana finalizó el pasado 31 de agosto, circunstancia que puso fin a su vinculación pública.

Comín, que ha negociado el proceso con los comités de empresa de las entidades implicadas, ha tenido especial interés en que esta reincorporación de actividad a la red pública no implicara despidos en los centros privados. "Ni ha habido despidos, ni se ha perjudicado a los usuarios, ni se ha alterado el presupuesto de Salut -ha resumido hoy en una visita a la clínica vallesana-. Hemos vuelto a abrir quirófanos públicos que se cerraron para beneficiar a otros privados".

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CIRUJANOS EXTERNOS

Las 3.700 intervenciones anuales a pacientes del sistema público a las que cada año accedía la Clínica del Vallès, por las que el Servei Català de la Salut (CatSalut) le abonaba 7,5 millones de euros por ejercicio, se realizarán ahora en el Hospital del Parc Taulí, de Sabadell (un 65%), y en el Consorci Sanitari de Terrassa (un 35%), con un coste un 12% inferior, han asegurado a este diario fuentes de Salut. Y esto, a pesar de que la infraestructura quirúrgica y tecnológica de estos últimos centros es de una envergadura superior a la de la citada clínica, situada en Sabadell. “En la práctica, esta va a ser una operación de ahorro, además de normalizar una situación que contravenía la ley de ordenación sanitaria de Catalunya y la ley general de sanidad española”, añaden las mismas fuentes.

Dicha legislación indica que la red sanitaria pública únicamente concertará actividad con centros ajenos al sistema cuando sus propios recursos resulten claramente insuficientes para absorber la demanda, y puntualiza que esa contratación externa se deberá realizar con entidades sin ánimo de lucro. Así había ocurrido en Catalunya desde 1985, con la extensa red de hospitales no pertenecientes a la Generalitat (56, entre ellos el Clínic o Sant Pau), sin ánimo de lucro, que conciertan su actividad con el CatSalut.

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El conflicto laboral que auguraban los detractores del cambio se ha soslayado promoviendo la contratación en el Parc Taulí y en el centro de Terrassa de 32 técnicos y enfermeros hasta ahora adscritos a la Clínica del Vallés. Las intervenciones de cataratas, traumatología y otorrino que formaban parte de su concierto público eran realizadas por 90 cirujanos que se desplazaban desde el Parc Taulí, por lo que no ha variado su posición laboral.

ABRIRÁN QUIRÓFANOS DE TARDE

Para que el Parc Taulí pueda reabsorber sin saturación las 3.700 intervenciones quirúrgicas que hace cuatro años se desprendieron de su actividad, ante la supuesta imposibilidad de asumirlas, Salut ha previsto la contratación de 15 sesiones quirúrgicas vespertinas semanales que acabarán con el cierre de quirófanos de tarde que impusieron, en toda la sanidad pública, los recortes presupuestarios aplicados por el Gobierno de Artur Mas. El Parc Taulí y el CST recibirán los 7,5 millones que ya no irán a la Clínica del Vallés. Gracias al menor coste de la actividad asumida, el primero de ellos ha abierto una nueva planta de hospitalización para enfermos crónicos, dotada con 24 camas. No se les descontará el citado 12% de ahorro.    

En el caso del HGC, cuyo concierto asistencial finaliza el próximo 31 de diciembre, la resolución futura de la actividad que le aseguraba su pertenencia a la red pública no está concretada, informan desde Salut. Este centro asumía 6.252 actos médicos anuales, por los que en el 2015 recibió 13,5 millones de euros desde el CatSalut. Parte de esa actividad consisten en sesiones de radioterapia para enfermos de cáncer que se realizan en un búnker expresamente construido ante su nueva situación, una instalación de difícil sustitución en estos momentos, argumentan desde Salut. La resolución para este caso podría ser la contratación puntual de esta actividad, sin que esto implique que el HGC vuelva a pertenecer a la sanidad pública.

Los otros dos centros privados que el anterior conseller de Salut, Boi Ruiz, incorporó a la red sanitaria pública de Catalunya –la Clínica Ponent, de Lleida, y la Clínica Girona- aún no han sido excluidas del sistema. Los actuales titulares de Salut estudian cómo proceder a dicha expulsión sin por ello prescindir de la actividad que se les contrata.