la encrucijada socialista

Sánchez gana con claridad

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JUAN RUIZ SIERRA / Madrid

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Pedro Sánchez será el secretario general del PSOE. Nadie hubiera dicho hace solo unos meses que este diputado acabaría como el nuevo líder del partido, pero Sánchez, de 42 años, ha sabido esperar su momento y ha logrado concitar el apoyo de la inmensa mayoría de los aparatos territoriales. Los militantes socialistas han demostrado en varias ocasiones una vena ácrata, rebelándose ante las indicaciones que llegaban de arriba, pero las directrices de los superiores coincidieron ayer con sus deseos. En la consulta a las bases, con una participación del 66% del total de afiliados, por encima de la esperada, Sánchez ganó por mucha diferencia, con Eduardo Madina muy por detrás y José Antonio Pérez Tapias en un digno tercer lugar. Con el 97,62% escrutado, los tres candidatos sacaron, respectivamente, 62.477 votos, 46.439 y 19.384. En porcentajes: 49%, 36% y 15%.

La clave del resultado hay que buscarla en Andalucía, que se ha volcado en apoyar al madrileño, y también en Pérez Tapias, que consiguió por muy poco los avales necesarios para competir y restó muchos apoyos a Madina, cuyo perfil era ligeramente más de izquierdas que el de Sánchez. Los andaluces representan casi la cuarta parte de los 198.120 militantes socialistas, y allí el aparato sigue siendo muy fuerte. Tras descartar presentarse a la secretaría general, Susana Díaz, presidenta de la Junta y dirigente más poderosa del partido, tocó a rebato a favor del madrileño, que arrasó en esa autonomía: 19.505 papeletas frente a 7.408 de Madina, un margen enorme. En Catalunya, por el contrario, ganó Madina por poco (3.940 votos frente a 3.645 ), lo cual tiene una lectura importante, ya que la cúpula del PSC también se movilizó a favor del madrileño.

El resultado final ha sido un fiel reflejo del reparto de avales (Sánchez logró 41.338, Madina 25.238 y Pérez Tapias 9.912), demostrando así que los afiliados del PSOE han sido muy permeables a las preferencias de los aparatos. Otra consecuencia de este proceso es que Pérez Tapias, portavoz de la corriente crítica Izquierda Socialista, ninguneada en los últimos tiempos, se convertirá ahora en un referente del partido.

La "audacia"

«Voy a ser el secretario general de la unidad –dijo anoche un Sánchez exultante–. La tarea que tenemos por delante es inmensa. España volverá a confiar en nosotros si somos audaces en nuestras propuestas. Y yo me comprometo a ser audaz, y también a ser coherente en el ejercicio de la acción política».

Sin embargo, nada de lo que ha ocurrido durante la campaña hace prever que el PSOE vaya a alterar su proyecto, que está fijado desde el pasado noviembre, cuando el partido celebró su conferencia política. Ni los actos de los tres aspirantes ni el debate que llevaron a cabo el pasado lunes fueron pródigos en propuestas. El cambio, en principio, es solo de caras, lo cual no quita que sea muy relevante. El relevo generacional ha llegado y con él la disminución del peso de la herencia. El PP ha explotado sin pausa el pasado del secretario general en funciones, Alfredo Pérez Rubalcaba, como vicepresidente del Gobierno. Cualquier crítica de los socialistas era contestada con el mismo argumento, algo que restaba credibilidad a los mensajes socialistas. Ahora, en cambio, podrán hacer una oposición más desacomplejada, no lastrada por las medidas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Frenar la caída

Pero nadie asegura que el relevo vaya a funcionar. Aunque este proceso de elección ha sido mucho menos tenso que el de hace dos años, cuando Rubalcaba ganó por muy poco a Carme Chacón, el partido sigue igual de desunido. Y más desmoralizado si cabe, después de unas elecciones europeas en las que los socialistas comprobaron que no tienen suelo electoral: solo lograron el 23%, frente al 28,73% de las generales del 2011 y el 43,87% del 2008, último año en el que ganaron unos comicios en toda España.

Esa caída libre en la que está instalado el PSOE es la que ahora debe combatir Sánchez. Pero no se sabe si tendrá autonomía para intentarlo. Tampoco si será el candidato a la Moncloa. Aunque se comprometió a convocar las primarias, abiertas a militantes y simpatizantes, en noviembre, tal y como estaba fijado, hay una gran resistencia interna a esa fecha, sobre todo de las federaciones más importantes, como Andalucía, Valencia y Madrid. Y se da por muy probable que habrá competición en las elecciones internas, ya que Carme Chacón ha anunciado que quiere concurrir.

En cualquier caso, todos los socialistas coinciden, más allá de a quién hayan apoyado en esta consulta, en que han hecho «historia» al permitir el voto directo de los afiliados, algo que, al menos, les sirve para sacar pecho frente a un PP que sigue instalado en el dedazo. «Ha comenzado el principio del fin de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno», concluyó anoche el nuevo líder, acompañado de sus competidores en la carrera y del propio Rubalcaba.