Otra misión peliaguda

CDC encargará este lunes a Francesc Sànchez que encarrile el congreso de refundación

Francesc Sànchez

Francesc Sànchez / JOAN REVILLAS

NEUS TOMÀS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Francesc Sànchez (Sant Boi, 1971) recuerda a menudo que procede del Baix Llobregat, una comarca que no es precisamente cuna de dirigentes convergentes. Pero él es ambas cosas, y a partir de ahora, con mayores responsabilidades. Este lunes se reúne la ejecutiva convergente y Sànchez recibirá el encargo de encarrilar el congreso de refundación de CDC, un cónclave de carácter catártico en la que se intentará pasar página del pujolismo (pese a que en los tribunales sigue muy vivo) y buscar una fórmula para intentar recuperar los votos que ha ido perdido elección tras elección desde el 2010.

En un partido en el que los cuadros están resituándose, Sànchez, bien considerado por los suyos, ahora es de todos y no es de nadie. Fue hombre de confianza de Oriol Pujol Ferrusola antes de que este pasase definitivamente al ostracismo, tras haber seguido moviendo los hilos en la sede de la calle Còrsega cuando  la investigación por el ‘caso de las ITV’ ya le había situado en el epicentro de la trama. Era su amigo, pero no tuvo nada que ver con sus negocios. Con la salida definitiva de Oriol Pujol, llegó el momento de Josep Rull. Y Sànchez se ganó su confianza con una fidelidad que ha quedado demostrada. Pero si hay alguien que parece que no ha tenido nunca duda alguna sobre él es Artur Mas, con quien discretamente ha despachado a menudo en el Palau de la Generalitat. Como abogado se sabe como nadie ahí dentro los detalles de los frentes judiciales que tiene abiertos el partido.  

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"es de nadie. \u00a0","text":"no\u00a0"}}

En un segundo plano, siempre ha estado presente en los momentos complicados: al lado de Oriol Pujol cuando por primera vez tuvo que declarar ante la justicia, expresando su apoyo al extesorero Daniel Osàcar, y también al actual, Andreu Viloca, ambos imputados por la presunta financiación irregular de CDC. Como responsable de comunicación y régimen interno, en los últimos tiempos ha empezado a ganar proyección pública y su principal cometido ha sido el de insistir en que, pese a los registros realizados por la Guardia Civil, el partido está limpio. “No hay nada que esconder”, reitera cuando se le pregunta. Pero el degoteo de novedades en el sumario del llamado ‘caso del 3% ‘ desmentirían esta afirmación.  

LA VISITA A QUERALBS

Uno de sus momentos más complicados fue cuando tuvo que ejercer de emisario del partido para llamar a la puerta de la casa de Jordi Pujol en Queralbs y reunirse con el 'expresident'  con el objetivo de que le diese más detalles sobre la ‘herencia’ escondida en Andorra. Sànchez se los pidió pero el fundador de CDC no se los dio. Ni a él ni a nadie del partido, por lo que se ha podido comprobar después, puesto que, según el juez, el dinero (mucho más del que confesó tener) existía aunque no era una ‘lleixa” aparcada sino el fruto de los negocios oscuros del clan familiar.  

En las próximas semanas, y bajo la batuta de Mas, Sànchez, que es experto en resolución de conflictos, deberá encarrilar un congreso que, a fecha de hoy, tiene dos nombres encima de la mesa: Jordi Turull y Germà Gordó. El primero, jefe de filas en el Parlament, no ha expresado en público su intención de pelear por la secretaría general. Pero se da por hecho que lo hará. El segundo, ‘exconseller’ de Justicia y ahora diputado raso, ha hecho llegar el mensaje de que va a pugnar por el cargo. A diferencia de Turull, a Gordó no le sobran amigos en la actual dirección, aunque confía en las federaciones para ganar apoyos. Mas promete ser neutral. ¿Lo será?  

TEMAS