Rubalcaba ofrece cambiar la consulta por un nuevo "marco de convivencia"

El líder socialista defiende una reforma constitucional que recoja las aspiraciones de los catalanes

JUAN RUIZ SIERRA / Madrid

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Alfredo Pérez Rubalcaba llevaba varios días preparando el debate de este martes en el Congreso, donde se discute la petición del Parlament para que el Estado transfiera a la Generalitat la capacidad para convocar el referendo de autodeterminación. Según sus colaboradores más cercanos, el secretario general del PSOE ha sido uno de los artífices de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se tome el desafío independentista con la relevancia que realmente tiene, y quería dejar claro no solo que los socialistas son contrarios a la consulta, sino que además, a diferencia del PP, están dispuestos a decir algo distinto al simple no a las ansias soberanistas de los catalanes. En su largo discurso, de más de 20 minutos, el jefe de la oposición ha hecho todo eso.

Rubalcaba ha empezado subrayando que ni el PSOE ni el PSC (con el que ha tenido no pocos roces a cuenta del derecho a decidir) son socialistas, después ha explicado sus motivos para rechazar el referendo, y por último ha ofrecido la reforma federal de la Constitución por la que su partido aboga desde hace cerca de un año. 

“No estamos de acuerdo con la independencia, pero queremos seguir viviendo juntos y decidir juntos. Nuestra propuesta es sentarnos y hablar, para acordar unas nuevas formas de convivencia. Los proponentes quieren votar sobre el desacuerdo. Nosotros, sobre el acuerdo. Queremos una nueva Constitución que suponga un nuevo Estatuto sobre el que vuelvan a decidir los catalanes. Queremos hacerlo de forma acordada. Por todas estas razones, propongo a esta Cámara que abramos un nuevo proceso de negociación democrático, transparente, legal y acordado”, ha dicho el líder socialista.

Las competencias y el Senado

En su opinión, el actual sistema autonómico es muy similar al federal, pero este último presenta varias ventajas. Rubalcaba ha puesto dos ejemplos. Por un lado, con el federalismo, ha dicho, las competencias autonómicas y estatales estarían delimitadas, algo que evitaría la “conflictividad” y que “el Estado entre en las competencias autonómicas, que es de lo que se queja legítimamente Catalunya”. Por otro, el Senado sería una cámara de verdad territorial, donde las comunidades podrían votar “sobre leyes que afectan a sus competencias”. 

Entre críticas al PP por sus proyectos recentralizadores y su campaña contra el Estatut, el jefe de la oposición ha dejado claro por qué está en contra de una consulta sobre la independencia. “No cabe en la Constitución preguntar a unos cuantos por algo que afecta a todos. España sin Catalunya es otra cosa. España desde luego no es”, ha insistido justo después de tender de nuevo la mano a los soberanistas. “No quiero que este debate se vea como el fin de un diálogo, que por cierto no ha existido, sino como el comienzo de un diálogo. Un diálogo que tengo que decir que creo posible. Y para serlo tiene que ser franco”, ha señalado.