Rompiendo tópicos

Si en el siglo XIX Andalucía era un imán para los extranjeros que venían atraídos por tópicos como el exotismo de una tierra de bandoleros, hoy día el estereotipo que muestran las películas o las series pasa por el andaluz graciosete gastando bromas todo el día (ellos) o dedicados a labores del servicio doméstico (ellas). La feria continua, la corrupción y la población holgazana por mor de los subsidios siguen siendo lugares comunes, una imagen que muchas veces dista de la real y que sin embargo lastra la marca Andalucía, como denuncia la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA).

La patronal presentó antes de la campaña un documento para romper lo que consideran una «imagen deteriorada» sobre un territorio en el que hay «miles y miles de empresas, empresarios y trabajadores ejemplares», subrayó entonces el presidente de la CEA Javier González de Lara. El texto destaca el potencial de una región tan grande como Portugal o Austria, y aboga por impulsar una suerte de «marca Andalucía» en la que se destaquen las actividades punteras, que haberlas haylas, de la comunidad.

Las estadísticas vencen a la pereza y hablan de unos niveles de productividad y horas trabajadas similares a los del resto de Europa. El turismo, que curiosamente no aparece en ninguno de los programas electorales, sigue siendo la principal industria andaluza, aporta el 13 % de la riqueza de la región y genera el 7 % del empleo. En el 2014 se batieron los récords y se alcanzaron 57 millones de pernoctaciones, con una estimación global de viajeros de 18,2 millones, especialmente británicos y alemanes, pero también nacionales.

De esta forma, Andalucía se sitúa ya en la cuarta posición en movimiento hotelero de España (15,3%), aunque crece por encima de la media nacional. La región trata de superar esa cifra apuntalando un valor añadido al turismo de sol y playa: las actividades culturales.

La burbuja inmobiliaria que durante un tiempo algunos asociaron a la Costa del Sol se ha transmutado en el boom museístico. Al centro Picasso, abierto hace ya más de diez años en Málaga se le suman el Centro de Arte Contemporaneo CAC, puntero en exposiciones de vanguardia con muestras individuales inéditas en el país (Marina Abramovic, Kati Heck, Kaws o Maurizio Cattelan) y el Museo Carmen Thyssen, especializado en pintura española y andaluza de los siglos XIX y XX.

La guinda llegará la próxima semana cuando se inaugure la única sede fuera de Francia del Centro Georges Pompidou, un moderno edificio en el remozado puerto que albergará parte de las obras del mítico centro francés desde Picasso a Francis Bacon, Giacometti o Léger. Y tres días antes se abrirá al público la sede malagueña del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo, centrado en los siglos XV al XX.

La región, y especialmente Almería con sus invernaderos hortofrutícolas, se ha consolidado como la principal exportadora agroalimentaria de España, con 8.312 millones de euros, y logra crecer a un ritmo del 17,3 %, el doble que, por ejemplo, Catalunya. En el conjunto de la economía, las estadísticas sitúan a la región como la tercera con más ventas al exterior, con cinco años seguidos de crecimiento. En el 2014, las importaciones ascendieron a 26.512 millones de euros, hasta un 83 % más que en el 2009.

Tecnología punta

La tecnología también ocupa su espacio, como demuestra Abengoa, referente mundial en el sector de la energía y el medio ambiente. Gestiona la mayor planta solar de Europa en Sanlúcar la Mayor, cerca de Sevilla, pero , además, acaba de adjudicarse la mayor planta de ciclo combinado de México y una de tratamiento de agua en EEUU.

También el sector aeronáutico, con polos como el de Sevilla y Cádiz en los que se construye el avión militar Airbus A400M, y el de la biotecnología, sector en el que Andalucía alcanza ya a Catalunya en cuanto a concentración de este tipo de compañías, forman parte de los activos de la región. Empresas que no solo innovan, sino que lo plasman en patentes, como la que esta semana registró Neuron Bio para diagnosticar el alzheimmer con una muestra de sangre.

Andalucía es la tercera potencia científica de España en inversión, producción investigadora y recursos humanos. En los últimos 30 años ha vivido todo un salto cualitativo: una comunidad científica de 2.200 grupos de investigación y 25.000 investigadores, y un sistema de innovación que abarca 10 universidades públicas, 37 organismos públicos de investigación, 11 centros de investigación y 11 parques tecnológicos, como el de Málaga, una suerte de Silicon Valley que atrae a empresas especializadas en Alta Velocidad y las Smart Cities y que agrupa a más de 15.000 trabajadores. Sol, sí, pero, pese al paro, también proyectos.