LA INVESTIDURA FRUSTRADA

Junts pel Sí y la CUP evitan dar por rota la negociación tras otra reunión sin acuerdo

Marta Rovira, Raül Romeva, Josep Rull y Jordi Turull, este jueves a las puertas del Parlament.

Marta Rovira, Raül Romeva, Josep Rull y Jordi Turull, este jueves a las puertas del Parlament. / EFE / QUIQUE GARCÍA

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Para los independentistas optimistas, el mensaje podría ser: mientras hay vida hay esperanza. Para todos los demás, la noticia es que el último intento de acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP ha acabado como empezó: sin acuerdo, pese a que las entidades soberanistas que auspiciaron la cita lo exigieron hasta con manifestaciones en la calle. No lo ha habido, pero se ha mostrado voluntad de seguir negociando, ya contra reloj. Una pura formalidad, según fuentes gubernamentales, en un día de tensión soberanista en la calle y en los despachos, repleto de ofertas tan sorprendentes como efímeras.

A primera hora de la mañana, Artur Mas reunió al sanedrín convergente y mantuvo la misma firmeza que en los días precedentes: no se va a ceder ni un ápice respecto a lo ya ofertado a los anticapitalistas. CDC es perfectamente consciente de que todo aboca a las urnas en marzo y se prepara ya para intentar reeditar Junts pel Sí. Prueba de ello es la sorprendente oferta que ha lanzado el 'president' en funciones en la reunión de su grupo parlamentario. El líder convergente, nada más comenzar la sesión, ha planteado que si por la tarde se certificaba el desacuerdo con la CUP, sería idoneo cambiar el actual Govern en funciones e incluir a ERC y a independientes en el Consell Executiu para visualizar que a las urnas concurre la fórmula de Junts pel Sí. La oferta ha durado lo que ha tardado el líder de Esquerra Oriol Junqueras en desdeñarla, no solo porque no salva las negociaciones con la CUP, sino porque además puede ser un "fraude" legal.

Mas no solo ha escuchado un revés a su propuesta, en la larga reunón del grupo parlamentario, sino que además algún diputado cercano o perteneciente a ERC ha sugerido la necesidad de que el 'president' haga un gesto. El ambiente entre CDC y ERC está más bien tenso. Obviamente, no tanto como con la CUP, a la que el partido de Mas insiste en acusar de querer doblegar el compromiso programático y el candidato a 'president' de Junts pel Sí. "Ya estamos al límite de las cesiones", argumenta CDC. Firmeza, pues, pero preocupación convergente porque Esquerra no está por la labor de reeditar Junts pel Sí y las urnas se presentan como un escenario de confrontación partidista clásica.

LA CUP, FIRME

La CUP ha insistido a lo largo de todo el día en que si en el encuentro JxSí mantenía la candidatura de Mas a la reelección, la reunión duraría poco. Los anticapitalistas confiaron en la presión de una parte del soberanismo, en la calle y en las redes sociales, para que Mas desbloquee la situación. 

Tras la reunión de JxSí y la CUP, cuya ubicación se mantuvo en estricto secreto, no hubo atisbo alguno de fumata blanca, mientras en las plazas de varios ayuntamientos el independentismo pedía, no sin evidenciar su división respecto a la investidura de Mas, un acuerdo de última hora.

Un acuerdo que, toda vez que el plazo expira el domingo, solo podría llegar ahora con un más difícil todavía: el voto a favor de al menos seis diputados de la CUP al candidato de Junts pel Sí en la primera votación. Si no se convoca un pleno a toda prisa que vote este mismo viernes, ya no da tiempo a una segunda votación dos días después, en la que el candidato o candidata pudiese ser investido con mayoría simple.

MAS, 'CONSELLER EN CAP'

Y para acabar de complicar el escenario, la entidad soberanista Súmate ha lanzado a media mañana a unos y otros la propuesta de que sea la vicepresidenta, Neus Munté, la candidata a presidenta, mientras que Mas ocupe el cargo de 'conseller en cap'. En una escena casi propia de una comedia, se dio el caso que el líder de Súmate y diputado de JxSí, Eduardo Reyes, desconocía tal oferta. Fue avisado de la misma durante la reunión de su grupo, mientras la entidad la planteaba a la CUP. Esta propuesta duró también muy poco: lo que tardó Munté en escribir un tuit, a primera hora de la tarde, rechazando ser "moneda de cambio". Hoy, formalmente, seguirán las negociaciones. Nadie quiere levantarse de la mesa, por aquello de no ser tachado de culpable del fracaso.