LA RESACA ELECTORAL
Los independentistas, más de los mismos
Jose Rico
Coordinador de las secciones de Política, Internacional y Economía
Castellón, 1984. Periodista de El Periódico desde 2007
Jose Rico
En la práctica, unas elecciones las ganan aquellos que logran gobernar, y no siempre aquel que obtiene más respaldo popular. Salvo sorpresa, eso ocurrirá en las próximas semanas en Catalunya, donde la fuerza más votada, Ciutadans, será desplazada de la Generalitat por el bloque independentista. Los partidarios de romper con España han retenido la mayoría absoluta en el Parlament pese a perder dos escaños, pero el apoyo social a la independencia se mantiene en númerus clausus.
Aparte de ceder un par de diputados, Junts per Catalunya, ERC y la CUP no han crecido en porcentaje de votos respecto a las elecciones del 2015, sino que han retrocedido tres décimas, del 47,8% al 47,49%. En números absolutos, los 2.063.361 sufragios secesionistas del 21-D representan 96.853 más que en los comicios del 2015 y 43.217 más que las papeletas del 'sí' en el referéndum unilateral del 1-O. Sin embargo, este grueso de votantes supone el 37,15% del censo convocado, que era de 5.554.394 electores.
Sobre censo, los independentistas han quedado ligeramente por debajo del porcentaje que votó 'sí' a la independencia en el 1-O, que fue del 37,8% en aquel día de violentas cargas policiales. Y algo superior al 'sí' en la consulta soberanista del 9-N del 2014 (34,42% del censo de aquel "proceso participativo"). En esa horquilla de entre el 34% y el 37% se ha movido siempre el secesionismo en las cuatro últimas ocasiones que ha sido convocado a las urnas, por lo que este 21-D tampoco ha logrado romper su techo de cristal.
LEVE CRECIMIENTO
En números absolutos, el voto independentista sí ha crecido levemente en cada convocatoria, pero obviamente en estas elecciones ha influido el hecho de que la participación se haya disparado. La suma de sufragios de Junts pel Sí y la CUP en las últimas elecciones, 1.966.508 papeletas, fue muy parecida a los apoyos que obtuvo el 'sí-sí' en el simulacro de consulta del 9-N: 1.897.274. El 1-O los 'síes' fueron 2.020.144. Y el pasado domingo, 2.063.361.
Ahora bien, como la participación rozó el 82%, también se incrementó, y de manera mucho más significativa, el voto contrario a la independencia. La suma de Ciutadans, PSC, Catalunya en Comú-Podem y PPC dio como resultado 2.212.817 papeletas, 236.418 más que en las elecciones de hace dos años y 149.510 más que la suma del bloque independentista. En los comicios del 2015, la distancia entre secesionistas y no secesionistas apenas fue de 9.945 sufragios. Sobre el censo electoral, estas cuatro fuerzas atrajeron al 39,84%, 2,7 puntos menos.
Otro dato que demuestra el crecimiento del voto contrario a la ruptura es que la suma de naranjas, socialistas, 'comuns' y populares supera el 50%, cosa que no sucedió en las elecciones del 2015. En concreto, suman el 50,94%, casi tres puntos más que en los anteriores comicios, y tres puntos y medio más que la suma de las fuerzas independentistas.
Este hecho vuelve a poner de manifiesto el sesgo de la ley electoral catalana, que cabe recordar que es la misma que la española por la incapacidad de los partidos en cuatro décadas de consensuar una legislación propia. Por obra y gracia de esta normativa, que prima el voto de las circunscripciones menos pobladas, donde el independentismo prende con mayor potencia, cada uno de los 70 escaños secesionistas ha costado de conseguir 29.476 votos. En cambio, las fuerzas no independentistas han necesitado 34.044 papeletas para hacerse con cada uno de los 65 diputados.
¿Y EL REFERÉNDUM?
Otra máxima que se ha repetido es el magma de votantes partidarios de un referéndum de autodeterminación. La suma de Junts per Catalunya, ERC, Catalunya en Comú-Podem y la CUP ha sido esta vez de 2.387.056 sufragios. Cifra muy similar a la suma de los votos el 27-S a las fuerzas partidarias de una consulta (Junts pel Sí, Catalunya Sí que es Pot y la CUP), que fue de 2.334.121 apoyos; y también similar de la participación total en el 9-N, que fue de 2.344.828 electores. En porcentaje, los tres registros representaron el 42% del censo electoral.
En la consulta del 2014, la suma de los votos que rechazaron la independencia ascendió a 362.848 sufragios. En las elecciones del 2015, Catalunya Sí que es Pot --coalición que no incluia a los 'comuns'-- reunió 367.613 apoyos. Este 21-D, Xavier Domènech se hizo con 323.695 papeletas.
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