Rajoy arropa a González e Iglesias justifica el escrache

IOLANDA MÁRMOL / PATRICIA MARTÍN / MADRID

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El escrache que sufrió Felipe González el miércoles en la Universidad Autónoma de Madrid, cuando unos enmascarados le impidieron dar una conferencia, continuó este jueves en boca de todos los dirigentes políticos. Por ejemplo, las únicas declaraciones que hizo en el Congreso el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, fueron por para “solidarizarse” con su antecesor y reivindicar la libertad de expresión.

El PSOE continuó con su condena al boicot y sus críticas a Pablo Iglesias por alentar, en su opinión, la protesta. Alfredo Pérez Rubalcaba reveló que había hablado del tema con González y este está molesto, especialmente porque el escrache tuviera lugar en el aula Tomás y Valiente, asesinado por ETA, y los manifestantes portaran pancartas de apoyo a miembros de la banda terrorista ejecutados por los GAL

Pablo Iglesias, por contra, ahondó en la polémica al aseverar que la protesta es una muestra de "salud democrática" y reprochar a algunos políticos su "piel fina". "Creo que es un síntoma de salud democrática que los estudiantes tuvieran la suficiente memoria para decir que no es bonito que en un centro universitario intervenga quien saca pecho con el terrorismo de Estado", señaló. Sus comentarios son una vuelta de tuerca más a sus mensajes de las últimas semanas, en el que ha elevado el tono de sus críticas al expresidente y reivindicó el polémico discurso de la 'cal viva', en la fracasada investidura de Pedro Sánchez, en marzo. 

TENER LA "PIEL FINA"

El jefe de los podemistas admitió que no comparte la "forma" con la que se llevó a cabo el escrache, pero insistió en que la universidad es un escenario habitual de protestas estudiantiles. "En democracia no se puede tener la piel tan fina cuando se protesta", opinó y criticó el trato que recibe en los medios de comunicación. Más tarde, en una conversación informal en los pasillos del Congreso, explicó que hubiese preferido que la protesta se hubiese desarrollado de forma tranquila y que le hubiesen permitido hablar para contrastar opiniones. 

El diputado socialista Pedro Saura afeó desde la tribuna del Congreso el boicot y mostró su "total repulsa" a un acto "para impedir la libertad de expresión".