INTERVENCIÓN EN EL SENADO

Rajoy saca pecho

El presidente sostiene que está ejecutando los «grandes pilares» del programa del PP y presume de los primeros brotes verdes de la economía

Sesión de control 8 Rajoy responde a las preguntas de la oposición, ayer, en el pleno del Senado.

Sesión de control 8 Rajoy responde a las preguntas de la oposición, ayer, en el pleno del Senado.

PATRICIA MARTÍN
MADRID

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lleva un par de días haciendo un particular balance de su primer año al frente de la Moncloa. Si el lunes, frente a los suyos, se escudó en la herencia recibida para reconocer que ha tenido que tomar decisiones «en contra» de lo que prometió, ayer centró su discurso en resaltar los brotes verdes que, bajo su singular prisma, comienzan a verse en la economía española y acabó presumiendo de que los «grandes pilares» de sus compromisos «se están llevando a buen término».

Entre las promesas electorales ya encaminadas, el jefe del Ejecutivo mencionó las reformas «para hacer una economía más flexible», la reestructuración bancaria o la reforma laboral, que en su opinión «ha aumentado los contratos indefinidos, los trabajadores autónomos o los contratos de formación». Rajoy se mostró, además, «satisfecho» por haber sentado «las bases de una economía mejor» y por el «rumbo» que su Ejecutivo ha marcado en pro de la recuperación. Y, continuando con esta tesis, enumeró entre los «datos positivos» que comienza a mostrar la economía la reducción del déficit o «la pujanza de las exportaciones». «Poco a poco -vaticinó-, habrá más noticias positivas».

Pero en la sesión de control al Gobierno en el Senado, donde tanto PSOE como CiU le emplazaron a que, en los pocos minutos que permite una sesión parlamentaria de estas características, hiciese balance de sus 12 meses al frente del Ejecutivo, el presidente solo se dedicó a destacar lo mejor de su legado, escondiendo bajo la alfombra los casi seis millones de parados o el drama de los desahucios.

Aún así, hubo tiempo para una mínima autocrítica. Rajoy reconoció que se ha visto forzado a tomar decisiones «que no estaban» en su programa, en alusión a la subida de impuestos o la no revalorización de las pensiones, pero de nuevo recurrió al desvío del déficit en teoría oculto por el PSOE para justificarse.

«Es verdad que hemos tomado decisiones que no teníamos previsto tomar, las circunstancias nos han aconsejado hacerlo y a algunas cosas, no todas, se les puede dar marcha atrás a lo largo de la legislatura», se comprometió. Por último, aseguró que no estará «satisfecho» hasta que las cuentas públicas estén saneadas, haya un menor endeudamiento, mejore la competitividad de la economía o culmine la reestructuración financiera.

Frente al balance en color de rosa gubernamental, el portavoz del PSOE en el Senado, Marcelino Iglesias, y su homólogo de CiU, Jordi Vilajoana, le recordaron que la coyuntura «está peor» porque las reformas «ni han generado crecimiento ni empleo», en palabras del catalán.

El giro socialista

En la intervención del senador socialista -en la que aseguró que el PP llegó al poder usando un «chocho de programa» y ahora gobierna «contraviniendo todos sus compromisos»- quedó patente el giro en el discurso del principal partido de la oposición. En el consejo territorial de este partido, celebrado el sábado, se evidenció que el año de esfuerzos para intentar buscar puntos de encuentro con el Gobierno quedó atrás y que ahora pretenden endurecer su discurso. Buena muestra de ello es que la portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, señaló ayer que «los 12 meses de Gobierno del PP son los peores de la historia de la democracia». Asimismo aseguró que a Rajoy «la historia le colocará como el peor presidente de la democracia española».