Rajoy facilita la abstención del PSOE

El líder del PP dice que no pondrá "condiciones" y garantiza que no quiere ir a elecciones

JULIA CAMACHO / TORREMOLINOS (MÁLAGA) / PATRICIA MARTÍN / MADRID

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Mariano Rajoy rompió este jueves el silencio que ha mantenido desde que el <strong>PSOE</strong> implosionó y apartó a <strong>Pedro Sánchez</strong>. Y sus primeras palabras tuvieron como objetivo lanzar un mensaje a los socialistas: él no les va a poner más difícil la transición del ‘no es no’ a la abstención. "No voy a poner ninguna condición" en la negociación, garantizó, porque su prioridad es que haya un gobierno y no ir a unas terceras elecciones, lo que sería "un gran disparate".

Con esta reflexión, rebajó la idea lanzada por una parte de su propio entorno de que el presidente en funciones exigiría garantías de gobernabilidad al PSOE, el apoyo al menos a los Presupuestos y cierta estabilidad, para aceptar someterse de nuevo a la investidura. Esta posición provocó malestar en las filas socialistas, que han lanzado recados públicos y privados al jefe del Ejecutivo para que no aproveche su actual debilidad para endurecer las condiciones, cuando lleva meses mostrando su disposición a gobernar sin apoyos cerrados. Aun así, el líder del PP expresó su deseo de que los socialistas garanticen la estabilidad y mencionó los Presupuestos.

Antes de la inauguración en Torremolinos (Málaga) de un congreso de la abogacía, Rajoy se mostró dispuesto a hablar de nuevo con Javier Fernández, el presidente de la gestora socialista, a quien ahora considera su interlocutor, para trasladarle que España necesita un Ejecutivo porque "se juega consolidar la recuperación". Asimismo, aseguró que no va a poner "exigencias" porque el país ya ha vivido bastantes "campañas electorales" y merece una "etapa de normalidad". "Es lo que dice el sentido común y es lo que voy a intentar", certificó, mostrando su disposición a dejar unos días al PSOE para que aclare su posición.

El jefe del Ejecutivo repitió el mantra de que lo "razonable" es que haya "seguridad y certidumbre", defendió su propuesta de formar una gran coalición o pactar con el PSOE temas de Estado, pero si el principal partido de la oposición se niega, se mostró dispuesto a "considerar cualquier posibilidad".

EL REPARTO DE PAPELES EN EL PP

Rajoy suavizó de esta forma la versión lanzada en los últimos días por algunos dirigentes conservadores sobre la necesidad de llegar con los socialistas a un pacto más allá de la abstención, que garantice cierta tranquilidad al nuevo gobierno; bajo la amenaza de que, si no aceptan, el PP no tiene miedo a ir unas <strong>nuevas elecciones</strong>, que muchos populares ansían para tratar de reforzar su posición. Este mensaje forma parte del pulso que de forma soterrada PP y PSOE mantienen desde que Sánchez fue descabalgado, en un contexto en el que ambos se miran de reojo y se presionan antes de decidir qué nuevos pasos dar.

Ha sido, por tanto, una especie de globo sonda que los populares dejaron correr para tratar de partir con una posición de mayor fuerza en la futura negociación. Según ilustra un miembro de la cúpula conservadora, "ha habido un reparto de papeles" en la formación, con el que el PP ha buscado "apretar para luego soltar". Y, ante el peligro de que Rajoy apareciese ante la opinión pública como el causante del bloqueo, los populares han decidido de momento tender la mano, a la espera de que el PSOE mueva ahora ficha.