Tensa espera en el PP

El líder del PP, Mariano Rajoy, y otros miembros del partido en la junta directiva nacional, el pasado lunes

El líder del PP, Mariano Rajoy, y otros miembros del partido en la junta directiva nacional, el pasado lunes / periodico

GEMMA ROBLES / PATRICIA MARTÍN / MADRID

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Los populares esperan con inquietud a que finalice la etapa del Gobierno en funciones. Ya saben que será su líder, Mariano Rajoy, quien se someterá para ser investido presidente al menos a dos votaciones (la primera necesita de mayoría absoluta y la segunda ha de producirse 48 horas después del intento inicial) en el recién constituido Congreso. Ya se habla informalmente de la última semana de enero o primera semana de febrero para celebrar el primer pleno. A partir de ahí, se abrirá la puerta a otras solicitudes de investidura y comenzarán a correr los dos meses que la Constitución marca para que las Cortes sean capaces de encontrar un presidente. Si no, Felipe VI, como jefe del Estado, se vería obligado a disolver las Cámaras y convocar, con el refrendo del responsable del Parlamento, Patxi López, otras elecciones generales.

El reloj institucional se ha puesto en marcha. Los nervios en el PP, también. El Rey comienza la ronda de contactos con los distintos grupos políticos para conocer cuáles son sus intenciones a la hora de prestar apoyos a un posible aspirante a la Moncloa. Salvo sorpresa de última hora, de los 15 representantes de los partidos que el 20-D concurrieron a las urnas y que han sido convocados por el Monarca entre este lunes y el próximo viernes -todos salvo ERC, que se ha autoexcluido de la ronda- , la gran mayoría manifestará su rechazo a la candidatura del líder del PP. Aún así, lo previsible es que Felipe VI le invite a intentarlo, como desea.

Hasta ahora, el escenario alternativo que Rajoy ha manejado públicamente si él no resulta elegido es la repetición de los comicios. Hasta el punto de que ha avisado a propios y ajenos de que en ese contexto él volverá a ser el candidato de PP. Para frenar la ansiedad de posibles voluntarios con los que comparta militancia y aplazando un congreso de renovación que debía haberse celebrado, según sus propios estatutos, hace más de un año. No se ha atrevido a plantear, más allá del formato alerta, las consecuencias de que el socialista Pedro Sánchez (o un tercero o tercera) pudiera convertirse en su sucesor en la presidencia pese a no haber ganado las últimas generales, gracias al apoyo y abstención del resto de grupos de la oposición. Sería la primera vez en democracia que los pactos, aunque sean de investidura, se imponen al vencedor en las urnas.

"EL PARTIDO PUEDE ABRIRSE EN CANAL"

Conllevaría, según calculan ya algunos de sus compañeros, una crisis profunda de liderazgo y estructuras en el Partido Popular, que se vería obligado a reinventarse en un tiempo récord y sin haber resuelto siquiera los problemas detectados tras las últimas autonómicas y municipales. "Estamos conteniendo la respiración porque se ha apostado todo a las generales y a Rajoy y aquí no hay 'plan b'. Los congresos regionales se pararon para no entorpecer estas elecciones. Como esto salga mal, el partido puede abrirse en canal", augura un veterano político del PP, que ha ocupado cargos en distintas administraciones del país y que ha sabido resumir lo que, con distintas palabras, expresan también otros conservadores en privado.

Rajoy conoce el temor que recorre su organización. Seguramente por eso se apresuró a autoproclamarse candidato de las próximas generales, si llegasen en el corto plazo, y a repetirlo en el comité ejecutivo y junta directiva nacional (máximo órgano del PP entre congresos) que ya se han celebrado, a fin de que constatar de que nadie manifestaba oposición al respecto. Al fin y al cabo, ha ganado las últimas elecciones. Ni siquiera el expresidente José Maria Aznar, que en los últimos meses no se ha privado de advertir y arremeter contra el actual líder popular por su forma de enfrentar la legislatura y las citas electorales que han ido sucediendo, ha puesto un 'pero' a las intenciones del político gallego, al menos, de momento.

TODA LA DIRECCIÓN DEL PP MOVILIZADA

Así las cosas, el aspirante a la investidura dice mantener contactos "discretos" en busca de apoyos con otros partidos, al tiempo que ha encargado a algunos de sus colaboradores, como este viernes confesó Dolores de Cospedal, que le ayuden en la tarea. Pero es consciente de que también tiene que volcarse en mantener calmados y unidos a los populares ante la tensión que puede estar por venir: de momento, Rajoy ha enviado a los integrantes de la dirección del partido a participar en juntas directivas regionales y provinciales del PP por toda España para difundir un mensaje de tranquilidad y explicar sus planes inmediatos. Y ha decidido involucrarse él mismo en esa tarea.

De hecho, ayer sábado el también presidente del Gobierno en funciones se desplazó para reunirse con la directiva provincial del PP de Zamora. La visita inicia una gira por diferentes ciudades para, entre otras cosas, defender la necesidad de "un Gobierno fuerte", de la mano de PSOE y C's. Y obviamente, para mantener movilizado y reforzar lealtades en las filas populares. Por lo que pueda pasar.