UN AÑO DE PUIGDEMONT

¿Qué fue de Josep Antoni Duran Lleida?

El exlíder de Unió no volverá a la politica, ni a un partido en fase de liquidación

El exlíder de Unió Democràtica de Catalunya Josep Antoni Duran Lleida.

El exlíder de Unió Democràtica de Catalunya Josep Antoni Duran Lleida. / ms

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Quienes le conocen bien saben que Josep Antoni Duran Lleida mantiene el gusanillo por la política. Pero que no volverá. Ha pasado un año después de ese 16 de enero en el que se hizo oficial lo que caía por su propio peso: tras no conseguir ningún escaño en las elecciones autonómicas ni tampoco en las generales del 20-D con Duran como cabeza de cartel, el líder más longevo que le quedaba a la política catalana tiraba la toalla después de liderar Unió desde 1987.

No, no volverá la arena política pese a que se sigue moviendo con comodidad en los cenáculos con sus no pocos contactos de primer nivel en ese mundo, la política, al que ha pertenecido durante media vida. Ahora sin embargo su principal ocupación es el bufete de abogados Colls, fundado por su suegro y en el que su mujer, Marta Colls, es socia.

Sus seguidores siguen proclamando que Duran ha sido víctima del proceso soberanista, que ha generado una tensión que llevaba al exlíder democristiano a notar la animadversión de los independentistas en el palco del Camp Nou e incluso en mítines donde los jóvenes de CDC le gritaban lo de “in-inde-independència” cuando subía al estrado.

Pero los que no son sus seguidores -incluso los que quedan en el que sigue siendo su partido, Unió- no son ajenos a cuestiones como la enorme deuda de más de 22 millones de euros que dejó Duran como legado democristiano y que hace que la formación esté prácticamente desaparecida a la espera del informe final tras el concurso de acreedores. Los que no son sus seguidores más fieles también recuerdan su estilo de dirección personalista y estocadas duras recibidas por Unió como la sentencia del caso ‘Pallerols’ que constató como el partido se lucró de un fraude en cursos de formación de parados.

LA RELACIÓN CON MAS

Duran luchó por ser el sucesor de Pujol y perdió frente a un rival al que siempre menosprecióArtur Mas, y que también desapareció hace un año de la escena política, a penas unos días antes que lo hiciera el dirigente democristiano.

Lo que sí ha logrado Duran a diferencia de tantos otros exdirigentes políticos ha sido mantener la boca cerrada. Un hombre con tanta querencia por los medios –siempre dijo que le hubiera gustado ser periodista, con lo cual se concluía que su principal jefe de prensa fue siempre él mismo- ha decretado un apagón con la excepción de alguna participación en mesas redondas o charlas en las que ha dejado claro que mantiene su posición templada en el tablero político y su crítica a la vía secesionista y a la llamada nueva política.

Tres meses después de su adiós, en una conferencia organizada por la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón, Duran echaba en falta una idea “movilizadora” en España y el conjunto de Europa, frente a las tesis independentistas, y se abonaba a sus habituales recetas: la política “con mayúsculas”, el diálogo y su rechazo a formaciones como Podemos o figuras como Ada Colau. “Rompí con Artur Mas cuando firmó la hoja de ruta separatista”, se reivindicó en esa intervención.

Duran ha evitado las entrevistas, en las que –según reconocen en Unió- tendría que responder, sí o sí, a cómo ha quedado el viejo partido democristiano que lideró durante tantos decenios. Un partido que tras la transición tenía un papel residual y que con Duran al frente logró ocupar un espacio, siempre gracias a las archiconocidas pugnas internas con el socio mayoritario de CiU, la Convergència de Pujol, primero, y Mas, después.

Aparte queda el juicio de si Duran ha sabido jugar bien sus cartas con la llegada del auge independentista. Pero quienes lo conocen aseguran que sin duda hoy seguiría reivindicando una estrategia catalanista distinta a la del choque de trenes secesionista. Una estrategia que están intentando trazar algunos, como el exconseller convergente Antoni Fernández Teixidó junto al exdirigente de Unió Roger Muntanyola, o la de ”Portes obertes del catalanisme” con presencia de sectores cercanos al PSC, entre otros.

Tampoco tendría fácil Duran explicar su relación con quienes han seguido más o menos vinculados a Unió, dado que las fricciones internas no fueron pocas y no falta quien le eche poco de menos en el partido.

Así pues, hoy por hoy Duran seguirá ejerciendo de abogado y asistiendo a conferencias o mesas redondas y, sí, cultivando el gusanillo de la política con periódicos y discretos encuentros en los que, en privado, no se muerde la lengua. Y según cual sea el resultado del próximo ciclo electoral en Catalunya, nadie puede descartar que Duran practique ese deporte tan querido por los ‘ex’, el de proclamar desde fuera de la arena política aquello de: “Ya lo decía yo…”.