EL ÓRDAGO INDEPENDENTISTA

¿El último 'Escolta, Espanya'?

XABI BARRENA / FIDEL MASREAL / BARCELONA

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La pedagogía ha muerto, viva la unilateralidad. Los 'tres tenores' del Govern de Catalunya realizarán este lunes el que quieren que sea el último ‘Escolta Espanya’, nombre tomado del primer verso de un poema de Joan Maragall ('Oda a Espanya'), con el que se simboliza la voluntad catalana de explicarse más allá del Ebro. Carles PuigdemontOriol Junqueras y Raül Romeva expondrán en el Ayuntamiento de Madrid su propósito de conseguir un referéndum pactado. Tras este último esfuerzo y después de haber desdeñado la oferta de Mariano Rajoy de debatir la consulta en el Congreso, en próximos días el Govern de Junts pel Sí formalizará la propuesta de referéndum, cuyos detalles aún están por definir.

El referéndum como bálsamo para esa mala unidad de hierro de la que goza el Ejecutivo catalán, sometido a distintas presiones externas sobre sus miembros y que la semana pasada vivió otro episodio con el debate sobre qué papel debe adoptar el Govern en cuanto a los 6,6 millones de euros presuntamente desviados desde el Palau de la Música a las arcas de CDC.

El objetivo de la intervención de Puigdemont es trazar un recorrido sobre cómo se ha llegado hasta el momento actual, manteniendo en todo momento un tono propositivo y de mano tendida. El título de convocatoria, 'Un referéndum para Catalunya. Invitación a un acuerdo democrático, subraya la voluntad de seducir. Se trata, admiten en el Palau de la Generalitat, de arañar las escasas posibilidades que existen de alcanzar un acuerdo.

CARMENA COMO ANFITRIONA

El último encuentro público, a cuenta del Salón del Automóvil, entre el presidente del Gobierno y Puigdemont respondió precisamente a este pesimismo. La conversación que ofreció Rajoy giró en torno a cuestiones triviales como el repaso a la liga española e italiana de futbol. Pese a este pesimismo, el ‘president’ se mostrará dispuesto de nuevo a posponer incluso la fecha de celebración de la consulta y negociar todos sus términos.

Puigdemont se muestra agradecido a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, por facilitar que se pueda celebrar la conferencia en un salón del ayuntamiento. Un acto que ha generado todo tipo de reacciones de color variopinto. Desde el contraacto del PP del pasado viernes en el mismo recinto, a los gritos de los ultras que se concentrarán en la puerta convocados por la Falange.

CÓCTEL COHESIONADOR

La unidad que el Govern no halla en Barcelona le será dada en la capital de España. Una falta de unidad que es doble, por una parte entre el PDECat y ERC, pero también entre sectores posconvergentes. Para explicar el lío entre demócratas y republicanos hay que atender a las versiones distintas. Por ejemplo, mientras fuentes de unos dicen que en la última reunión de Govern hubo unanimidad en cuanto a no presentarse en la causa contra CDC por aquellos 6,6 millones, otras fuentes, republicanas, sostienen que no hubo tal acuerdo porque, sencillamente, no se habló del tema.

Los ‘consellers’ de ERC, sabedores de su minoría, directamente no sacaron el tema, justamente, para evitar que los posconvergentes ganaran la sucesiva votación y pudieran decir aquello de “el Govern ha acordado…”. Los republicanos recuerdan que en el asunto de la corrupción ha sido muy claros. Como una fuente del partido dijo a este diario hace ya meses, “nosotros [ERC] no cargaremos ni con el 3% ni con Jordi Pujol”.

Sea como fuera, Esquerra y el PDECat votaron de forma distinta en el Parlament en la moción presentada por la CUP y que insta, al ser aprobada, al Govern a personarse en la causa contra la antigua Convergència.

LA POSCONVERGENCIA

En clave interna posconvergente, el episodio ha generado de nuevo tensión entre la joven dirección del PDECat y algún representante de la vieja guardia de CDC. Según fuentes de la cúpula actual, la abstención finalmente decidida es un paso adelante respecto a las resistencias internas a avanzar en cuestiones relativas a la corrupción.

Según fuentes parlamentarias del PDECat, dichas resistencias son menores y deberían tender a desaparecer. Pero el equipo que lidera Marta Pascal prefiere andar con tiento en cuestiones de corrupción para marcar distancias con el pasado pero sin soliviantar a parte de la militancia más conservadora. Se trata, afirman, de un proceso que se debe dar "poco a poco", de forma decidida, pero sin medidas drásticas que puedan hacer tambalear la unidad interna.

Un fino trabajo de cirugía que, por otra parte, cuenta con la presión de la izquierda política para que el PDECat se desmarque claramente de la presunta corrupción vinculada a la antigua Convergència. Con todo, un representante parlamentario del PDECat es pesimista: "Esta batalla, la de la imagen respecto a la corrupción, la tenemos perdida". Sea como sea, la cúpula posconvergente hará lo posible para seguir desmarcándose del pasado y de los integrantes del partido más vinculados al mismo.