LA ESTABILIDAD PARLAMENTARIA

Puigdemont celebra el preacuerdo presupuestario y lamenta haber perdido tiempo

Puigdemont, hijo predilecto de Amer

Puigdemont, hijo predilecto de Amer / periodico

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha felicitado por la decisión de la CUP de no dar un portazo de entrada a los presupuestos del Govern, a diferencia del veto que los 'cupaires' ejercieron respecto a las cuentas para este año. Pero Puigdemont no ha podido evitar el lamento: "Se ha perdido un tiempo que no deberíamos haber perdido". Una manera de lanzar una colleja a sus socios anticapitalistas, a los que acusa así de haber encarrilado durante meses el proceso soberanista. Por ello les ha pedido que "reflexionen" sobre lo sucedido desde ese veto, incluida la cuestión de confianza y la inestabilidad que de nuevo ha afectado al proceso soberranista.

"ÚLTIMA OPORTUNIDAD"

Aprobar definitivamente las cuentas (algo que la CUP no garantiza), es la "última oportunidad" para culminar la ruta independentista con éxito, según Puigdemont, que ha hablado en Amer (Girona), su pueblo natal, que le ha distinguido como hijo predilecto y le ha concedido la medalla de oro de la localidad.

Las cuentas del 2017 son pues a juicio del 'president' la "herramienta indispensable" para llegar a la independencia y por ello se ha mostrado convencido de que la CUP mantendrá el apoyo en la votación final de las cuentas, pese a que los cupaires han advertido de que de momento no son sus cuentas. También desde ERC, el diputado republicano Gabriel Rufián ha mostrado su confianza en un apoyo de los anticapitalistas porque los catalanes están "acostumbrados a negociar imposibles, lo llevamos en el ADN".

Puigdemont también ha pedido a la oposición "asumir su responsabilidad" y no anteponer "sus ideas antiindependentistas ante unos presupuestos" que el 'president', lógicamente, ha denfendido porque son "buenos para la gente".

DE NUEVO EN LA MANIFESTACIÓN

El 'president' ha sido fiel de nuevo a su voluntad de manifestarse en todo caso por la independencia, tal como hizo en la Diada. Esta vez no lo ha hecho en Barcelona -epicentro de la convocatoria de las entidades soberanistas en defensa de la libertad de expresión- sino en Amer, pero manteniendo su tono combativo y crítico respecto a la calidad de la democracia española. "Donde haya un demócrata en Catalunya habrá tamibén una voz que se levantará clara contra la deriva y la pulsión antidemocrática del gobierno central", ha proclamado Puigdemont, censurando de nuevo que el Estado intente "resolver por los tribunales o por otros métodos aquellas situaciones que sólo admiten una resolución, que es politica y democrática". En este sentido, el enésimo mensaje de convicción respecto a la celebración del referéndum, porque el pueblo catalán "decidirá libremente en las urnas" su futuro y su vínculo con España.