El PSOE tacha la declaración independentista de "atentado a la democracia"

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Siempre implicada en el debate territorial, donde suele desplegar tesis más contundentes que las de la dirección del PSOE, la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, ha sido la primera dirigente socialista en reaccionar este lunes al debate y aprobación en el Parlament de la resolución independentista, que promete el “inicio de la creación del Estado catalán independiente en forma de república” y que el “proceso de desconexión democrática no se supeditará a las decisiones de las instituciones del Estado”. Si el documento de la ruptura con España sale adelante (y todo apunta a que lo hará, con los votos de Junts pel Sí y la CUP), el Parlament catalán consumará, a juicio de Díaz, “un atentado a la democracia, un disparate y una barbaridad”. El secretario general del partido, Pedro Sánchez, va a hacer una declaración en la sede central de su partido una vez se produzca la votación en la Cámara catalana.

Antes de las elecciones autonómicas del pasado 27 de septiembre, los socialistas negaron tajantemente que la convocatoria fuese un plebiscito sobre la independencia. Después de los resultados, en los que los partidos secesionistas ganaron en escaños pero no en votos, el PSOE subraya este hecho para negar la legitimidad democrática de los pasos hacia la separación. Díaz, que considera que lo más probable es que se repitan elecciones en la comunidad, ha acusado al president en funciones, Artur Mas, de “engañar al conjunto de la sociedad catalana, que mayoritariamente dijo no a este disparate en las urnas”.

LA "UNIDAD" CONSTITUCIONAL

“Los españoles merecen en este momento tanto en Catalunya como en el conjunto de España que esa unidad en la defensa de nuestra Constitución se produzca y que todas las fuerzas políticas y los demócratas estemos en ella”, ha concluido en Sevilla la presidenta de la Junta andaluza.

Pero la posición del PSOE no se queda ahí. Junto a la firmeza frente al independentismo (“se va a encontrar con un muro”, dijo la semana pasada su líder y candidato a la Moncloa, Pedro Sánchez), los socialistas insisten desde hace más de dos años en la necesidad de una “solución política”, más allá de los tribunales, a un “problema político”.

En este sentido, reclaman una reforma de la Constitución en un sentido federal, que blinde las competencias autonómicas, reconozca los hechos diferenciales y mejore el sistema de financiación. El principal partido de la oposición se ha encontrado hasta ahora con la negativa del PP a estudiar un esfuerzo de este tipo, algo indispensable para abordar un cambio en la ley fundamental para el que se requiere mayoría reforzada, pero el PSOE considera que en la próxima legislatura la reforma de la Carta Magna se acabará abriendo camino, ya que también, con contenidos muy distintos, la piden Ciudadanos y Podemos.

LOS EFECTOS ELECTORALES

Pero para que la iniciativa prospere, sostienen los socialistas, Sánchez debe llegar a la Moncloa. Y en este sentido, el conflicto territorial no ayuda. Los socialistas reconocen que su oferta federalista, por muy necesaria que supuestamente sea, no engancha al electorado, ni en Catalunya ni en el resto del Estado, y que mientras tanto corren el riesgo de perder apoyos en la autonomía (bien por su supuesta timidez frente al independentismo, bien por haber enterrado el derecho a decidir que antes pedía el PSC) y en España frente a un PP cuya dureza puede ayudar en este tramo final hacia las elecciones generales del 20 de diciembre. 

Por su parte, el president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, y la jefa del Govern balear, Francisca Armengol, han coincidido en defender el cumplimiento de la ley en el debate soberanista abierto en Catalunya, pero también creen que la solución a esta cuestión pasa por la vía del diálogo.

Preguntados por esta cuestión tras la reunión que ambos han mantenido en el Palau de la Generalitat, Puig ha considerado "imprescindible", "necesario" y "radicalmente obligatorio" cumplir la ley, y ha calificado de "falacia" y "huida hacia delante" el viaje independentista planteando en Catalunya.

La presidenta de las Islas Baleares, por su parte, ha reprochado la actitud del Gobierno en estos años, ya que a su juicio, esta situación se veía venir; ha considerado que unos y otros van por caminos "equivocados", y ha defendido que la solución pasa por el diálogo.