proposición PARLAMENTARIA

El PSOE enmienda la reforma constitucional que limita el déficit

Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez.

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Entre los muchos traumas que el PSOE atesoró en la pasada legislatura, la reforma del artículo 135 de la Constitución ocupa un lugar muy importante. Fue una iniciativa llevada a cabo con nocturnidad por el entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, quien ante las exigencias que venían de Europa pactó en pleno verano del 2011 con el líder del PP, Mariano Rajoy, el principio de estabilidad presupuestaria para fijar en la ley fundamental límites al déficit público. Aquello provocó que algunos diputados socialistas se saltasen la disciplina de voto, así como la incomprensión de parte de su electorado tradicional. Hay consenso dentro del PSOE de que en los malos resultados en las generales de noviembre tuvo algo que ver aquella reforma exprés. Ahora, tres años después, el nuevo líder del partido, Pedro Sánchez, lo quiere cambiar.

El jefe de la oposición anunció ayer que su grupo votará hoy a favor de la toma en consideración de una proposición de Izquierda Plural para reformar el precepto constitucional y dejar sin efecto la estabilidad presupuestaria. Sánchez no quiere derogar este principio, pero cree que ha llegado la hora de reabrir el debate y, dentro de la reforma de la Carta Magna que él mismo abandera sin acabar de concretar del todo, reequilibrarlo mediante unos «mínimos sociales» y el «blindaje» de la sanidad, la educación y el sistema público de pensiones como «derechos fundamentales».

RECORTES / «El PSOE está dispuesto a reconocer y corregir ese error», dijo el secretario general socialista, quien criticó que la reforma saliera adelante sin el «refrendo de los españoles» y que después el PP se sirviera de ella para «justificar y amparar legalmente los recortes».

La proposición que se debatirá esta tarde no saldrá adelante debido al voto en contra de los conservadores, que tienen mayoría absoluta, continúan defendiendo la estabilidad presupuestaria y no se muestran abiertos de una reforma constitucional. La posición socialista supone sobre todo un paso simbólico para Sánchez, de nueva toma de distancia del pasado reciente. Tres años atrás, cuando se aprobó la modificación constitucional y él era un diputado raso, el actual secretario general del PSOE la apoyó sin fisuras. «La estabilidad no está reñida con la justicia social, al contrario, la alimenta al garantizar la sostenibilidad del Estado del bienestar», escribió en un artículo en este diario.

Al conocer la noticia de que su sucesor al frente de los socialistas denunciaba ahora la reforma y apoyaría modificar el artículo 135, Zapatero dijo ayer que tenía «tanto cariño, entrega y devoción» a su partido y «tanto respeto» a quien lo dirige, que pondría «una sonrisa» ante tan radical cambio de criterio.