El órdago soberanista

El PSC se desmarca del proceso y debilita el frente por la consulta

El primer secretario del PSC, Pere Navarro, en la reunión de la ejecutiva del partido, ayer, en Barcelona.

El primer secretario del PSC, Pere Navarro, en la reunión de la ejecutiva del partido, ayer, en Barcelona.

JOSE RICO
BARCELONA

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«No seremos cómplices del suicidio político de Artur Mas y de CiU». La dirección del PSC ha puesto en marcha las maniobras de desmarque del frente soberanista, en el que aún se mantenía con fragilidad, y tiene decidido pasar a la ofensiva contra el proceso diseñado por el Govern para convocar la consulta en el 2014. Según los socialistas, altos dirigentes del Ejecutivo, de ERC y de ICV-EUiA reconocen en privado que no va a haber referendo el año que viene, por lo que consideran que cualquier nueva iniciativa en este sentido es pura escenificación teatral. Como resultado de esta constatación, el partido de Pere Navarro tiene decidido rechazar no solo la fecha y la pregunta de la consulta, sino también la solicitud al Congreso que CiU, Esquerra e Iniciativa dejaron encarrilada ayer y que, definitivamente, tendrán que defender en Madrid sin el PSC.

«No pensamos avalar más una estrategia que ya solo busca cargarse de razones para justificar el choque de trenes. Solo apoyaremos aquello que esté previamente acordado con el Estado», sostiene un alto dirigente socialista, que niega que esta decisión represente un endurecimiento de la posición del PSC, pues el partido siempre ha defendido que el referendo solo podrá realizarse si es pactado con el Gobierno central. La gota que ha hecho colmar el vaso ha sido la manera en que se ha alumbrado la petición formal a las Cortes para que ceda, en virtud del artículo 150.2 de la Constitución, la competencia para convocar una consulta.

«EMBOSCADA PARLAMENTARIA» / Según la versión socialista, CiU, ERC e ICV-EUiA les hicieron llegan el borrador de la solicitud ayer mismo, pocas horas antes de la reunión de la comisión sobre el derecho a decidir, tras la que debían negociar el texto. «Fue una emboscada parlamentaria que denota muy poca voluntad de pacto. Quieren empezar la casa por el tejado», se quejaban en la dirección del PSC, que se enfrentará ahora de nuevo al reto de explicar que su no es a la hoja de ruta del Govern, y no al derecho a decidir de Catalunya. Y es que, a priori, la vía escogida para pedir el referendo respeta escrupulosamente la Carta Magna y ya la usó la Generalitat, por ejemplo, para asumir la competencia para crear la policía autonómica. Pero en el entorno del primer secretario, Pere Navarro, arguyen que cualquier vía, por legal que sea, está condenada al fracaso si no cuenta con el apoyo del PP. «La pretensión no es consultar, sino chocar, y eso va en contra del consenso», apostillan.

El descuelgue del PSC tendrá, al menos, tres consecuencias. La primera es que el frente catalán que defenderá la consulta en Madrid se debilita, meses después de sumar a los socialistas con una declaración que subrayaba la necesidad del diálogo con el Estado. Los 107 diputados que formaban hasta ahora el frente vuelven a quedarse en 87. El segundo efecto es que Navarro pone de nuevo en guardia a los sectores críticos del PSC, ante un movimiento que interpretan como un paso atrás en la defensa de la consulta, y que consideran fruto de la presión del PSOE en la conferencia política.

Así se lo advirtieron ayer en la reunión de la ejecutiva, en la que varios dirigentes expresaron su desazón por el escaso compromiso que ha manifestado el PSOE en su conferencia política por la reforma federal de la Constitución. Y es que la tercera consecuencia es, justamente, que el alejamiento de la consulta destensa la relación con Alfredo Pérez Rubalcaba y los barones socialistas, después de romper dos veces la disciplina de voto en el Congreso.

ACTO NO PARTIDISTA / Para escenificar este cambio de paradigma, el PSC está preparando un gran acto a favor de la reforma constitucional y una España federal. Será el 1 de diciembre y contará con la presencia de Rubalcaba, según avanzaron fuentes de la dirección. No obstante, el objetivo es que se convierta en un «foro abierto no partidista» al que invitarán a intelectuales de fuera del partido. «Queremos lanzar el mensaje de que es posible evitar el choque», explicaron las citadas fuentes.

La asistencia del líder del PSOE se pactó el 24 de octubre, en la cena que Navarro y Rubalcaba compartieron en Barcelona un día antes de reunirse con Artur Mas. El PSC tiene puestas altas expectativas en este acto a juzgar por el recinto que lo albergará: el pabellón de Vall d'Hebron, con aforo para 3.000 personas. Esta sede ha albergado algunos de los famosos mítines de masas con los que, en el pasado, el PSC exhibía su fuerza en campañas electorales.