La 'tercera pata' de las cuentas

El eventual 'sí' de la CUP a los presupuestos del 2017 se sustenta sobre tres patas. Dos, harto conocidas, la reversión de los recortes sociales decididos por CiU y la dotación necesaria para llevar a cabo el referéndum de septiembre. Existe, sin embargo, una tercera pata, que pasa más desapercibida. El acuerdo sobre el proceso constituyente. Fuentes de Junts pel Sí afirmaro a este diario que se está cerca de un acuerdo con los anticapitalistas en esta materia, mientras que los propios cuperos echan agua al vino en cuanto a la rapidez del posible pacto.

El proceso constituyente, cuya comisión parlamentaria, y en especial sus conclusiones, levantaron una ingente polvareda que ha llevado, incluso, a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, a declarar como imputada ante los tribunales, sufrió un parón en el mismo momento en que nació el referéndum. Lo que estaba pensado como una recolecta de opiniones ciudadanas previa a las elecciones constituyentes del Parlament que debería realizar la constitución del eventual estado catalán se topó con que, por en medio, se le colocaba otro paso intermedio.

De momento se ha decidido que el proceso constituyente empiece al día siguiente (es un decir) del referéndum, en caso de que venza el 'sí'. Antes, los esfuerzos se centrarán en una campaña a favor de la independencia.

EL AMIGO AMERICANO DE LA CUP

Tras no pocas reuniones, el proceso constituyente, tal y como quiere la CUP, que toma como ejemplo varios procesos constituyentes en Latinoamérica, en especial Ecuador, será tutelado por el Govern, con el fin de darle "credibilidad" y, se supone que recursos económicos, aunque no hay partida destinada a ello. "Será un organismo a través del cual se diseñe y se prepare" toda la previa a la redacción de la carta magna catalana. Otro ejemplo sería la Repac (Representación Presidencial para la Asamblea Constituyente) boliviana,

Junts pel Sí abogó, primero, por un esquema inverso: que fuera la sociedad civil la que liderara ese proceso, pero los anticapitalistas querían la implicación del Ejecutivo, una ‘Repac catalana’. Clave ha sido la "irrupción" del portavoz de la dirección de la CUP Quim Arrufat (elegido en agosto del pasado año) en las conversaciones, "desplazando a Gabriela Serra y Mireia Boya”, apunta un buen conocedor de la negociación. Su llegada supuso el replanteo casi "íntegro" de todos los trabajos.