LA ENCRUCIJADA DEL SOCIALISMO

Pedro Sánchez busca el equilibrio en el PSOE

Pedro Sánchez, junto a Adriana Lastra y José Luis Ábalos, el pasado 24 de mayo a su llegada a la sede del PSOE.

Pedro Sánchez, junto a Adriana Lastra y José Luis Ábalos, el pasado 24 de mayo a su llegada a la sede del PSOE. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Pedro Sánchez, unas 60 horas después de haber reconquistado el PSOE con casi todos los factores en contra. El secretario general se mostró este miércoles tranquilo y optimista durante un encuentro sin cámaras en la sala de prensa de la sede socialista, donde acudió para abrir de nuevo su despacho, cerrado desde que cayó en octubre. Sánchez acababa de mantener otra reunión con los trabajadores del partido, y allí, según varios presentes, mostró una actitud similar. El ganador de las primarias, que tanta división provocó durante su anterior etapa al frente del PSOE, dijo que era hora de trabajar todos a una y preparar el congreso de mediados de junio, en el que revertirá gran parte de los pasos dados por la gestora. Pero no todos.

No está en sus planes alterar el nuevo marco de relaciones entre el PSOE y el PSC, por el que los socialistas catalanes tuvieron que apuntarse en un censo específico para participar en las primarias. Sánchez fue muy crítico en su momento con esta iniciativa, pero considera que ahora, una vez que ha sido aceptada por ambos partidos, no tiene sentido volver atrás.

Donde sí habrá cambios es en la composición de la ejecutiva. A Sánchez no le queda casi ninguno de los apoyos que tuvo al comienzo de su anterior etapa. Primero se alejaron los barones que le auparon hasta el liderazgo (como Susana Díaz, derrotada en las elecciones internas) y después sus colaboradores más cercanos, caso de Óscar López y César Luena, que estuvieron junto a Patxi López en la reciente contienda. Ya no cuenta con el aliento de ninguno de ellos, pero al mismo tiempo su triunfo, con la mitad de los votos de los afiliados y diez puntos de diferencia sobre la presidenta andaluza, es solo suyo, y eso hace que pueda tomar decisiones con mayor libertad.

Para empezar, dijo Sánchez, no habrá en la dirección del PSOE ningún líder territorial. La medida, que ya lanzó en la campaña de las primarias, supone un reequilibrio de las fuerzas dentro de la ejecutiva, donde en los últimos tiempos habían tenido un gran peso los barones, un colectivo en el que los críticos con el secretario general forman una amplísima mayoría. Todos los presidentes autonómicos socialistas, salvo la balear Francina Armengol, se posicionaron con Díaz.

UN PORTAVOZ POLÉMICO

Las caras que formarán parte del organismo que gobierna el día a día del partido no se conocerán hasta el congreso, pero hay decisiones que no pueden esperar. La principal, el nombramiento, tras la dimisión de Antonio Hernando, del portavoz parlamentario. El elegido es José Luis ÁbalosJosé Luis Ábalos, un dirigente de la máxima confianza de Sánchez (es secretario provincial de Valencia, donde este obtuvo el 70% de los votos de los militantes) pero que levanta ampollas en el círculo de Díaz. En un reciente mitin sostuvo que los barones, al impulsar la abstención ante el PP para evitar nuevas elecciones, se habían puesto a las “órdenes” de Mariano Rajoy. “Si ganamos, ¿qué hacemos con Ábalos?”, se preguntaba uno de los principales colaboradores de la presidenta andaluza hace solo una semana y media.

Ahora este diputado ocupará uno de los puestos de mayor visibilidad, todavía más cuando el propio Sánchez renunció a su escaño y no contempla convertirse en senador por designación autonómica. Ábalos participará, por ejemplo, en el debate de la moción de censura de Podemos contra Rajoy, que los socialistas no apoyan. Pero su nombramiento es provisional, solo hasta el cónclave de junio, cuando quizá sea llamado a ocupar otras responsabilidades. Junto a la asturiana Adriana Lastra, Ábalos es uno de los favoritos para convertirse en el próximo secretario de organización.

EL PRESIDENTE NO FELICITA

Sánchez, que considera que el resultado del pasado domingo es lo suficientemente claro como para volver a unir al PSOE en torno a su figura, también contempla medidas destinadas a buscar la armonía interna. Sus afines serán amplia mayoría en la nueva ejecutiva, explicó, pero allí habrá dirigentes que apoyaron a Díaz y López. Al mismo tiempo, se siente “heredero” de algunas decisiones de la gestora, como la de no pedir, al menos de momento, la comparecencia de Rajoy en el pleno del Congreso para intentar forzar su salida del Gobierno por los casos de corrupción.

El jefe del Ejecutivo tiene una pésima relación con Sánchez, un  factor que ayuda a explicar cómo ha reaccionado a su reciente elección. El nuevo líder ha sido felicitado por todos los líderes políticos (de Pablo Iglesias a Carles Puigdemont, de Albert Rivera a Oriol Junqueras), salvo por Rajoy. Sánchez considera “decepcionante” que el presidente no guarde “las formas institucionales”. Aunque, por otra parte, tampoco ha recibido la enhorabuena de José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, que son de su partido y apoyaron a la presidenta andaluza.