Los presos de ETA provocan disensiones en la izquierda aberzale

Acto de exreclusos y familiares de presos de ETA en Usurbil (Guipúzcoa), el pasado mes de marzo.

Acto de exreclusos y familiares de presos de ETA en Usurbil (Guipúzcoa), el pasado mes de marzo. / periodico

AITOR UBARRETXENA / SAN SEBASTIÁN

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La izquierda aberzale se encuentra en una situación extraordinariamente compleja, amenazada en las urnas por la emergente Podemos y con una discrepancia interna cada vez más visible, que amaga con crear un nuevo proyecto político. Aunque inhabilitado como candidato a lendakari, Arnaldo Otegi ha tomado las riendas de Sortu nada más salir de prisión y ha marcado una estrategia que no es compartida por toda su base social. De entrada, en un intento de recuperar influencia en la política vasca, ha intentado actualizar su discurso, potenciando los mensajes sociales, y ha introducido un buen número de rostros nuevos en las listas electorales. Pero aún más llamativa es la disposición de EH Bildu a ir "de la mano" del PNV a Madrid a defender el derecho de Euskadi a decidir su futuro.

Pero este viraje, que rompe con décadas de ortodoxia batasuna, ha relegado la defensa de los derechos de los presos de ETA a un segundo plano, una opción que inevitablemente ha avivado las críticas internas. Como ejemplo, el pasado domingo, San Sebastián acogió dos manifestaciones para reclamar el retorno de los presos y huidos de ETA. La primera estaba organizada por el grueso de exreclusos, mientras que la segunda, que partió apenas media hora después, llevaba la firma del grupo disidente ATA y exigía la amnistía inmediata e incondicional. Esta imagen inédita, con dos marchas enfrentadas que transitan una tras otra, refleja la realidad de la izquierda aberzale, marcada por un sector minoritario que denuncia la tibieza en materia penitenciaria de la línea oficial de Sortu.

CRITICAS A OTEGI

Especialmente contundentes han sido las críticas de un grupo de exreclusos que, bajo la denominación "Askatasunaren bidean" (En el camino hacia la libertad), han acusado a los actuales dirigentes de EH Bildu de actuar por "vergonzosos intereses politiqueros y electoralistas". En concreto, han arremetido contra Otegi, que hace una semana se reunió con familiares de presos de ETA gravemente enfermos, por haber buscado una cita "mediática oportunista" para dar un "toque luchador a su campaña". Este colectivo ya ha adelantado, en un documento hecho público hace escasas fechas, que el próximo domingo se abstendrán porque "no existe ninguna fuerza política" que merezca su voto y su confianza.

La izquierda aberzale 'oficial' sigue reivindicando el acercamiento de los presos a Euskadi, la puesta en libertad inmediata de los reclusos gravemente enfermos, y la reforma de la legislación penitenciaria. El problema es que este discurso lleva años vigente sin que se produzcan avances, y transmite una sensación de profundo estancamiento. Además, el resto de formaciones, incluido el PNV, cada vez toman más distancia de estas peticiones, mientras las movilizaciones periódicas de los familiares de los presos van perdiendo efectivos. En la presente campaña, la situación de los presos apenas ha tenido protagonismo, aunque la izquierda aberzale mantiene su recuerdo con un objetivo más simbólico que práctico. 

POLITICA PENITENCIARA

Tampoco hay nuevas propuestas sobre la mesa. A la espera de que la banda culmine su desarme, el Gobierno vasco tomó en abril la iniciativa de enviar una carta a los 300 reclusos que cumplen condena en España para animarles a que se acojan a las "vías legales individuales" para poder acceder a beneficios penitenciarios y avanzar en su reinserción. Este paso ha sido duramente criticado por el colectivo de presos, que acusaron al Ejecutivo de Vitoria de "legitimar leyes de excepción". Sin embargo, la propuesta no es tan diferente de los pactos que la izquierda aberzale ha comenzado a firmar con la Fiscalía de la Audiencia Nacional. Con el objetivo de evitar nuevos ingresos en prisión, aceptan ahora renunciar a la violencia y reconocer el daño causado. Toda una "rendición", según los grupos disidentes.

La situación ha hecho más necesario que nunca el apoyo explícito del colectivo oficial de presos, el EPPK, que ha pedido el voto para EH Bildu con el argumento de que "cuanto más voto independentista", mayor será "el empuje para lograr la libertad de los presos". Tras dos caídas electorales sucesivas, las urnas dictaminarán hasta qué punto la coalición independentista ha sido capaz de recuperar la confianza de su base social con su nueva estrategia.