CAMINO A LA INVESTIDURA

Rajoy ya piensa en el trago de los presupuestos

GEMMA ROBLES / PILAR SANTOS / MADRID / BRUSELAS

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Aunque Mariano Rajoy no quiere traspasar los límites del protocolo y se cuida de no dar por sentado que terminará la próxima semana (puede ser el sábado o el domingo, aún no se ha ajustadoreelegido como presidente, todos a su alrededor lo dan ya por hecho. Y según dicen, él también. En la cabeza de los populares está ya la siguiente pantalla: superar una votación de presupuestos que se prevé durísima y que Bruselas espera con ansiedad. En todo caso, el jefe del Ejecutivo no va a emitir comentarios específicos al respecto en las próximas horas hasta que no se celebre el comité federal de los socialistas el domingo, en el que es bastante probable que se decida una abstención que le mantenga en la Moncloa. 

Por el momento, él ultima su discurso de investidura que, según dice, está tratando de "adecuar" a los cambios políticos que se pueden producir en las próximas horas, esto es, hacer algunas ofertas que resulten atractivas a los socialistas. Y ya admite sin tapujos (aviso para conservadores) que eso conllevará el renunciar a parte de los compromisos del programa con el que concurrió a las elecciones de junio. El objetivo sería hacer más digerible el voto abstencionista que parece estar al caer desde unas convulsas filas socialistas. "Si pretendo tener más apoyos  [...], lógicamente tendré que adecuar mi discurso a la nueva situación --apuntó Rajoy desde Bruselas--. Sea lo que sea lo que se produzca en esta legislatura, tendremos que hacer todos los esfuerzos para negociar y ceder en planteamientos de máximos".

No fue el único mensaje en línea conciliadora que decidió lanzar este viernes Rajoy desde Bruselas, donde participó en una cumbre europea. "Yo voy a intentar gobernar. Soy consciente de los apoyos que tengo. No es la primera vez que un Gobierno esté en minoría. Mi voluntad es actuar con la mayor lealtad posible. Habrá muchos planteamientos con los que nos hemos presentado a las elecciones que no podrán salir adelante. Tengo una gran responsabilidad si se produce la investidura, pero no soy el único. Por tanto será una legislatura, si al final se produce la investidura, en la que a lo mejor lo difícil se puede convertir en una gran oportunidad de dejar resueltos algunos de los grandes retos que tiene España en el futuro", continuó.

¿CORTEJO AL PNV?

Los populares inciden en que tras la investidura llegarán las gestiones para aprobar unos nuevos presupuestos a velocidad de crucero. Las autoridades europeas aguardan y, según dicen en el PP, no permitirán en ningún caso la prórroga de unos números elaborados en el 2011 y que ya en su día provocaron mucha crítica en la Unión Europea (UE), por falta de realismo. "Si no hay presupuestos, en julio estamos otra vez de elecciones", aseveran fuentes conservadoras. Un ajuste de más 5000 millones de euros está a la vuelta de la esquina si, como se prevé, Rajoy termina el mes de octubre tomando posesión, de nuevo, de la presidencia del Gobierno. 

Hacienda ya ha ido haciendo deberes en este sentido y se han intercambiado papeles con Ciudadanos (32 escaños), partido del que el PP (137 escaños) espera apoyo para cuadrar las cuentas públicas, al igual que de Coalición Canaria (un sillón parlamentario). Pero no basta. Hay que superar la mayoría. Por eso no se descartan guiños inmediatos al PNV, que cuenta con cinco votos en el Parlamento, y algún acercamiento al diputado Pedro Quevedo, de Nuevas Canarias, que se presentó a los comicios de la mano de los socialistas.

Algunos ya han querido ver un cierto aroma a cortejo en el hecho de que esta semana se hayan aceptado a última hora dos enmiendas a los nacionalistas vascos en reformas de leyes tan dispares como la de estabilidad presupuestaria --en este caso se solicitaban garantías de crédito para Bilbao Ria 2000 S.A-- y la LOREG (norma que regula elecciones). Nadie quiere admitir si se está redactando letra pequeña tras bambalinas, mientras Soraya Sáenz de Santamaría, en la Moncloa, se limitaba a augurar "esfuerzos" proestabilidad, informa Patricia Martín. 

LA DECISIÓN SOCIALISTA

El PP prefiriría una negociación y posterior abstención del PSOE (85 diputados) también en presupuestos, aunque ese camino podría provocar otro terremoto entre los socialistas. Por el momento el responsable de su gestora, Javier Fernández garantiza que no habrá "apoyo" mientras invita a los populares a buscar "en otros lugares", esto es, en grupos como Ciudadanos o el PNV. ¿Pero presentarán los socialistas una enmienda a la totalidad a un proyecto de presupuestos, como viene siendo tradicional?, se le preguntó a Fernández en RNE.  Él respondió que eso es lo que suele ocurrir, pero evitó confirmar si es el plan que tiene en mente.  

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