el Rey abdica

Por qué el 2 de junio

La Zarzuela ha tenido en cuenta la consulta del 9-N, las europeas y al PSOE

El Rey, ayer, durante una audiencia en el palacio de la Zarzuela.

El Rey, ayer, durante una audiencia en el palacio de la Zarzuela.

PILAR SANTOS / Madrid

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La fecha elegida por la Zarzuela para comunicar la abdicación del Rey ha sido difícil de decidir, ha sufrido cambios y en ese proceso se han tenido en cuenta muchas variables. Las más importantes son estas, por orden cronológico: la recuperación de la salud del jefe del Estado, las elecciones europeas, la Diada Nacional de Catalunya, la consulta soberanista del 9 de noviembre y el proceso de renovación del PSOE, con unas primarias que estaban convocadas para finales de ese mes.

El Rey empezó a pensar que tenía que dejar paso a su hijo el 6 de enero. Aquel día, según fuentes de su entorno, se llevó un disgusto importante por los errores que cometió al leer el discurso en la Pascua Militar. Acababa de cumplir 76 años y en aquel acto, en el que se trabó en varias ocasiones, se dio cuenta de que ya no ejercía el cargo del jefe del Estado como antes. El Monarca comentó su voluntad de abdicar a su esposa, al Príncipe y al jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno. La maquinaria para preparar el relevo se puso en marcha.

Podía ser algo inmediato, pero Juan Carlos no lo quiso así. Fuentes de su equipo explican que quería superar la última operación de cadera y recuperar el vigor físico para no irse como un rey convaleciente y apagado. De ahí que, una vez que los médicos le dieron permiso para volver a viajar, el Monarca diese un impulso a su agenda internacional. En los dos últimos meses, ha visitado en tres ocasiones el golfo Pérsico para apoyar a las empresas españolas. También ha querido dejar claro que se ha implicado en el reto soberanista que plantea Catalunya y que ha trabajado por crear «un clima de diálogo» que facilite el entendimiento.

Con el Rey a pleno rendimiento y una agenda llena  de viajes, a mediados de abril, en la Zarzuela se empezó a mirar el calendario. Podía ser entre el 25 de mayo (no antes para no entorpecer el proceso electoral europeo) y hasta el 31 de agosto. Es decir, se descartó desde el principio que la abdicación se anunciara en septiembre, octubre o noviembre, meses en los que se espera que rebrote el sentimiento independentista con el posible referendo del 9-N y en los que el PSOE tiene previsto debatir su futuro. Y también julio y agosto, meses en los que el Congreso está cerrado por vacaciones, una situación que habría dificultado los cambios legales necesarios para la abdicación.

La decisión, el jueves pasado

Así las cosas, se marcó en rojo el mes de junio. Según fuentes de la Zarzuela, se pensó en hacer el anuncio la semana pasada, pero la debacle del PSOE les hizo aplazar la decisión. El jueves pasado, Mariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba y el propio Monarca decidieron que el día sería el 2 de junio.

El Rey suspendió ayer un acto en Barcelona pero siguió con su agenda por la tarde con una audiencia en la Zarzuela. Consciente de la dificultad que Felipe tiene ante sí, el Rey no se mostró tan abierto como hasta ahora y no quiso hablar.

--¿Está triste?, se le preguntó.

--¿Cómo me encontráis?, dijo con una sonrisa. Hay que contestar a la gallega, añadió.