ELABORACIÓN DE UNA NORMA PENDIENTE

El PSC reclama más cambios para suscribir la ley electoral

Varios de los ponentes de la ley electoral, antes de comenzar la reunión de ayer en el Parlament.

Varios de los ponentes de la ley electoral, antes de comenzar la reunión de ayer en el Parlament.

JOSE RICO / BARCELONA

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La cíclica e interminable negociación de la ley electoral catalana ha entrado en la fase de las presiones cruzadas. Antes de Semana Santa, CiU, Esquerra e ICV-EUiA están decididos a elevar al pleno del Parlament una propuesta con o sin el apoyo del PSC para intentar acorralar a los socialistas. Y estos, conscientes de que sus votos valen su peso en oro para aprobar la norma, mantienen el listón para forzar al resto de grupos a una reforma más ambiciosa. Metidos todos en este juego, el PSC rechazó ayer en la reunión de la ponencia el pacto no escrito de convergentes, republicanos y ecosocialistas para consagrar en la ley el sistema electoral actual con un único retoque: las listas desbloqueadas. El partido de Miquel Iceta reclama que haya algún cambio más en el modelo a fin de aumentar la proporcionalidad. Ese mecanismo es ahora la piedra de toque de la negociación y los grupos se han dado 15 días más para tratar de hallarla.

Los socialistas defienden que esta fórmula para hacer más proporcional el sistema pasa por un escrutinio nacional, es decir, un recuento único de los votos en toda Catalunya, en vez del actual cómputo por circunscripciones. Un mecanismo que ICV-EUiA, el PPC y Ciutadans no ven con malos ojos, pero al que CiU y ERC se oponen frontalmente por entender que menguaría la representatividad parlamentaria de TarragonaLleida y Girona en beneficio de Barcelona. No obstante, Iniciativa está dispuesta a renunciar al escrutinio nacional y ceñir la reforma a las listas desbloqueadas en pos del consenso.

En este escenario, los negociadores del PSC aseguran que las posiciones están todavía «muy alejadas», pero se avienen a renunciar al recuento único si en su lugar se introduce algún mecanismo para aumentar la proporcionalidad, al margen de las listas desbloqueadas, que no les convencen pero que podrían suscribir a regañadientes. ¿Cuál podría ser este mecanismo? Una opción que hay sobre la mesa es actualizar el censo para corregir el reparto de escaños por circunscripciones.

AGRAVIOS TERRITORIALES

La mayoría de grupos admiten que esta posibilidad sería de sentido común, pues la actual distribución de diputados todavía se rige a partir del censo de población de 1979, cuando se aprobó el primer Estatut, y nunca se ha actualizado. El problema radica en que esta corrección, dados los cambios demográficos de estas décadas en Catalunya, obligaría a restar diputados a Tarragona, Lleida y Girona para añadírselos a Barcelona, lo que choca de nuevo con la línea infranqueable de Convergència y Esquerra.

En concreto, la actualización del censo otorgaría cuatro escaños más a Barcelona (pasaría de 85 a 89) y haría perder dos a Lleida (de 15 a 13), uno a Girona (de 17 a 16) y otro a Tarragona (de 18 a 17).