Podemos se queda a medio gas en la Puerta del Sol
Iolanda Mármol
Periodista
IOLANDA MÁRMOL / MADRID
No fue el lleno arrasador que Podemos ansiaba, pero tampoco un gatillazo catastrófico. Los morados se quedaron a medio gas este sábado en la madrileña Puerta del Sol, su enclave talismán, en el que vieron nacer el 15-M y el que reventaron hace dos años con una ‘Marcha del cambio’ que desató la épica del partido. No se vio ese magnetismo en esta concentración, a pesar de la magnitud histórica que la dirección ha tratado de darle en su relato para impulsar su moción de censura y a pesar del inmenso despliegue de producción para que fuera un éxito inapelable. Y necesitaban que lo fuese. Con el músculo de la calle Pablo Iglesias trata de amortiguar el fracaso que la iniciativa recibirá en el Congreso,Congreso donde no aspira a sumar más votos que los de ERC (9), Bildu (2) y, quizá el PDECat (8).
Ya por la mañana, el secretario general había advertido a la directiva de los “riesgos” de una moción concebida, según reconoció, como parte de la estrategia para ganar las elecciones en el 2020. Les explicó entonces que la hoja de ruta quiere marcar una dicotomía de legitimidades, la del Parlamento frente a la de las calles; encasillar a quienes no secunden su iniciativa como sostén del PP; y construirse una imagen de estadista en el debate de una moción que, aunque fallida, cree que puede impulsar a los morados hacia la victoria electoral.
¿Es arriesgado? Sí, pero asume el peligro. “Nosotros sabemos que la moción de censura no va a prosperar. Sabemos que no voy a ser presidente del Gobierno”, reconoció, para insistir en que el objetivo de la moción es dañar a otras fuerzas en las que “crear contradicciones” para obligarlas a “ceder” y “compartir” esta estrategia.
ERREJÓN SE DESMARCA
Si los miles de personas y los huecos vacíos en la plaza fueron o no amortiguador suficiente para salvar a Iglesias del fracaso en el Congreso, es un debate abierto a reflexión. También lo es la ausencia en el escenario de Íñigo Errejón, el secretario de Análisis Estratégico, que acudió a la concentración pero no subió a pronunciar discurso alguno. Hubo 15 oradores y por qué no habló es una incógnita, pero él sabe bien que sus silencios suelen alimentar el ruido de una pugna interna que no le conviene resucitar.
En el escenario, Iglesias hizo un discurso electoral y puso en manos de los ciudadanos el veredicto del éxito o el fracaso. “Esta moción de censura la vamos a ganar con la sociedad civil, porque este país es mejor que su Parlamento”, defendió y apeló al “orgullo de la clase obrera” frente a los diputados a quienes denominó “vendepatrias”.
El líder de En Comú Podem, Xavier Domènech, destacó la importancia de la moción de censura. “Sabemos que no basta, queremos mucho más, conseguir la victoria empieza por esto, por no doblegarnos, por no aceptar que no es normal que gobierne el PP”, reivindicó. Escuchándoles, miles de podemistas, gente de compras, turistas perplejos y más calvas de las que Podemos esperaba.
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