Podem tensa la confluencia con un ultimátum

En Comú Podem se dejó para el final del proceso de confluencia la parte organizativa, consciente de que era la que más discrepancias podía provocar. Podem ha querido visibilizarlas con un duro comunicado. Albano Dante Fachin, amante de los órdagos que ya amagó con romper la coalición de Catalunya Sí que es PotCatalunya Sí que es Pot en el Parlament si él y Podem no tenían más protagonismo, ha lanzado uno nuevo ultimátum, esta vez a la confluencia. Insta a llegar "en las próximas horas" a un acuerdo para descartar las cuotas de partido en la ejecutiva antes de pedir el lunes a su militancia que vote si Podem tiene que estar o no en la asamblea fundacional. 

Pese a no poner en cuestión que Xavier Domènech es la figura de consenso que debe encabezar el proyecto, Fachin descarta la propuesta de una lista de consenso para la ejecutiva de 30 personas (que es una de las que están sobre la mesa). Él y Joan Giner, secretario político y diputado en el Parlament, son conscientes de que sus 45.000 inscritos le pueden dar más presencia a Podem si se apuesta por listas abiertas.

"Desde Podem Catalunya, hemos dejado atrás todas las lógicas de cuotas de partido y no entendemos que no sea la gente quien elija libremente de entre todas aquellas personas que pueden aportar algo a los órganos de dirección", dijo. Por eso piden que se llegue un acuerdo "en las próximas horas" para abandonar la opción de las cuotas y para que sea una votación abierta en la que, además, que no solo voten los que asistan a la asamblea, que se celebrará en Barcelona el 1 de abril.

VOTO ELECTRÓNICO

El comunicado reclama votaciones electrónicas para asegurarse de que podrán participar también los que viven lejos de Barcelona o los que tienen movilidad reducida. "Solo los partidos del viejo régimen temen dar la voz a la gente. Esto es así en Podem y debe seguir siendo en cualquier espacio donde participamos como organización", advierte un texto cargado de intencionalidad, que Podem advierte que remitirá el lunes a sus bases para que estas decidan si se suman o no la confluencia.

En la primera fase de la construcción de la confluencia, los representantes de las formaciones se centraron en las cuestiones programáticas, en las que hay más puntos de acuerdo, para dejar para la segunda fase de trabajo el ámbito organizativo, donde se aventuraban más divergencias. Se da la circunstancia que existe bastante consenso entre los distintos actores en estos aspectos (listas abiertas, votación electrónica y código ético), pero conforme se acerca la asamblea cada uno juega sus cartas y Fachin vuelve a demostrar que su estilo son las apuestas fuertes y ruidosas, con independencia de las cartas de las que disponga.