LA NUEVA LEGISLATURA

Sánchez se mira en Portugal para impulsar una "gran coalición progresista"

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Cuando los principales líderes territoriales de su partido le dicen que casi no merece la pena, que un pacto de izquierdas para desalojar al PP es muy complicado y todo se encamina a la repetición de elecciones, Pedro Sánchez viaja a Portugal a explorar la vía del acuerdo progresista e impulsar una "gran coalición" frente a Mariano Rajoy. “Cuando las fuerzas del cambio se unen, hacen avanzar a la ciudadanía de un país. Ese cambio pasa en España por el liderazgo del PSOE”, ha dicho el secretario general este jueves en Lisboa tras reunirse con el primer ministro luso, el también socialista António Costa.

Son muchas las similitudes entre el escenario que dejaron las elecciones portuguesas en octubre y las españolas en diciembre. Costa, como Sánchez, perdió por seis puntos de diferencia frente al centro derecha y en un principio fueron varios los dirigentes de su partido que le pidieron la dimisión por los resultados. Pero el líder de los socialistas lusos se sirvió de sus 86 diputados (la coalición conservadora obtuvo 102) para sellar sendos acuerdos con el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista (19 y 17 escaños, respectivamente) con los que fue investido primer ministro.

LOS TRES REQUISITOS

Ese es el espejo en el que se mira Sánchez, que obtuvo 90 parlamentarios en diciembre, el peor resultado del PSOE desde 1977. La iniciativa de formar gobierno la tiene ahora el PP, como ganador de las generales con 123 escaños, pero si Mariano Rajoy no logra su reelección, el líder socialista, le pese a quien le pese tanto fuera como dentro de su partido, ya ha dicho que se va a “dejar la piel” para llegar a la Moncloa. “Si Rajoy no lo consigue, diremos sí a un gobierno de fuerzas progresistas”, ha insistido Sánchez. A su juicio, “lo que tienen que hacer las fuerzas del cambio es entenderse”, ya que los españoles, ha continuado, mostraron el pasado 20 de diciembre que quieren “cambio, políticas progresistas y gobiernos con capacidad de diálogo”. El PP, ha argumentado el líder del PSOE, no cumple ninguna de esas tres condiciones.

Su actitud optimista contrasta con la de varios barones de su partido, que le dan por amortizado y miran a la andaluza Susana Díaz como recambio en la candidatura socialista si hay nuevos comicios. Pero el todavía secretario general, un dirigente duro y acostumbrado a vivir acosado por su propia organización, considera que hay posibilidades de alcanzar un acuerdo frente al PP.

EL REFERENDO EN CATALUNYA

Primero, con los 69 diputados de Podemos y sus satélites, siempre que el partido de Pablo Iglesias renuncie previamente a un referendo vinculante en Catalunya sobre la independencia. La dirección socialista pone estos días el acento en que a su juicio no se entendería que la fuerza morada imposibilitase un ejecutivo de izquierdas solo por una consulta de este tipo. “El partido de Pablo Iglesias sabe que el referéndum que propone es inconstitucional”, ha señalado Sánchez en Lisboa. Después, el pacto pasaría por lograr el apoyo de partidos nacionalistas o independentistas (el PNV o ERC) o bien la abstención de Ciudadanos, hipótesis que la cúpula socialista considera más probable. Aun así, el líder del PSOE ha eludido el debate. "Lo importante no son las siglas, sino las políticas", ha dicho Sánchez, que aspira a sumar en  su "gran coalición" a fuerzas "tanto de izquierdas como de derechas". 

Pedro Sánchez saluda al primer ministro António Costa en la sede central de los socialistas portugueses en Lisboa, este jueves.

Pedro Sánchez saluda al primer ministro António Costa en la sede central de los socialistas portugueses en Lisboa, este jueves. / AP / ARMANDO FRANCA

A primera vista parece muy complicado. El entorno del secretario general del PSOE replica que en Portugal “mucho se escribió sobre la complejidad de alcanzar un acuerdo desde la izquierda dadas la posiciones de partida tan diferenciadas entre los actores” (los comunistas lusos, por ejemplo, propugnan la salida del euro), pero que “la realidad y el diálogo sensato lo hicieron posible”.

“Sería bueno que España, como Portugal, Francia e Italia, tuviera un gobierno progresista”, ha concluido Sánchez.