ACTO DE PRESENTACIÓN DE CANDIDATOS

Sánchez defiende a Lozano y pide amplitud de miras al PSOE

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pedro Sánchez vuelve a crecerse ante la adversidad. Como cuando los líderes territoriales del PSOE amagaron con retirarle su apoyo y dejarle caer por su presunta falta de consistencia, el líder socialista ha pasado por un momento complicado. Arrastraba esta vez dos iniciativas que gran parte de su partido considera erróneas: recular en su intención de derogar toda la reforma laboral e incorporar a la exdiputada de UPD Irene Lozano. Pero ayer, un día después de que el comité federal avalara bajo un clamoroso silencio su fichaje, se dio un baño de entusiasmo de la militancia con un discurso en el que pidió a los suyos que miren más allá de las siglas, atacó al PP, obvió a Podemos y Ciudadanos e insistió en la reforma constitucional ante la «amenaza secesionista».

El acto de presentación de las candidaturas socialistas al Congreso y el Senado se anticipaba potencialmente peligroso para el secretario general. El malestar en el partido es profundo, y según gran parte de los dirigentes no llega a un enfrentamiento abierto debido a la cercanía de las elecciones generales, donde todos, no solo Sánchez, se juegan mucho.

En un lugar discreto, Lozano estuvo presente durante el mitin, en el pabellón Antonio Magariños, en Madrid, donde el candidato a la Moncloa jugó al baloncesto con el Estudiantes. A su llegada, arropada por el resto de miembros de la candidatura de Madrid, en la que ella ocupa el número cuatro, la exdiputada eludió pedir perdón por sus continuos ataques a los socialistas en esta legislatura, a quienes ha acusado de buscar «una mezcla entre Suiza y Sicilia», de ser un partido «corrupto» y de crear en Andalucía una «dictadura perfecta», en la estela del PRI mexicano. La exigencia proviene de pesos pesados, desde el exjefe del Ejecutivo Felipe González hasta el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, pasando por todo el socialismo andaluz. Pero Lozano optó por mirar hacia adelante, subrayando sus vínculos ideológicos con un PSOE que «está cambiando». La prueba, sostuvo, es que ella misma forma parte del proyecto.

«Soy muy tolerante con las críticas, comprendo que existen distintos puntos de vista, pero mi trayectoria demuestra lo que tengo en común con la gente del PSOE», dijo.

«¿Va a pedir disculpas por sus declaraciones?», le preguntaron.

«El hecho de que se quiera incluir a independientes como yo es un síntoma de cómo están cambiando las cosas en el PSOE», contestó.

SIN LÍMITES

En rigor, Lozano no es una independiente. O no lo es para muchos en el PSOE. Ocupaba hasta el pasado viernes un escaño de UPD y hace solo tres meses intentó sin éxito liderar su antiguo partido. Pero esa fue la palabra que utilizó Sánchez para justificar su fichaje. «El PSOE nunca puso límites. En un tiempo en el que en el PP dimiten o se avergüenzan, nosotros incorporamos a independientes», señaló el jefe de la oposición, en referencia, entre otros dirigentes conservadores, a la diputada Cayetana Álvarez de Toledo, que la semana pasada anunció que no repetiría por su creciente distancia con el líder de su partido, el presidente Mariano Rajoy.

El resto de su discurso se basó en la defensa de una reforma constitucional de corte federal para curar las heridas territoriales y en los ataques a un PP cuyo «edificio», argumentó, «se resquebraja por la aluminosis de la corrupción». No hubo ni una sola mención a Ciudadanos y Podemos, los dos partidos que amenazan con atraer a una parte importante de los tradicionales votos socialistas.

«No vamos a modificar la Constitución porque haya una amenaza de los secesionistas, pero tampoco vamos a renunciar a reformarla porque nos amenacen los secesionistas», anunció entre los aplausos de los cerca de 3.000 asistentes.