El núcleo duro de Sánchez pasa a la ofensiva contra los barones críticos

Pedro Sánchez y los suyos no se arredran frente a los barones más relevantes del PSOE, que piden un congreso cuanto antes para relevar a la dirección tras las recientes elecciones generales, donde el partido cosechó su peor resultado en todo el periodo democrático: 90 diputados. Tras aguantar el envite de los líderes territoriales en el tenso comité federal del pasado lunes, el núcleo duro del secretario general ha pasado ahora a la ofensiva.

El exlendakari Patxi López, secretario de Acción Política de los socialistas y uno de los dirigentes de más confianza de Sánchez, consideró este miércoles “lamentable” el “espectáculo público” ofrecido por los críticos, que a su juicio han decidido anteponer las cuestiones orgánicas a la formación de un Gobierno progresista con Podemos y otras fuerzas, la mayor parte de corte separatista o soberanista, siempre que renuncien a un referéndum en Catalunya. 

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No solo eso. López, que será diputado, también se dirigió a la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, a quien parte del PSOE ve con buenos ojos para sustituir a Sánchez. El exlendakari le preguntó a la mandataria si está dispuesta a “forzar un relevo”.

INTERROGANTES Y CERTEZAS

Díaz tiene dudas. Ya ha estado a punto de participar en la carrera por el liderazgo en un par de ocasiones. Ahora su entorno señala que sopesa dar el paso, pero también admite que el movimiento presenta muchos riesgos. Díaz es la presidenta de la comunidad más poblada de España, su Ejecutivo es estable gracias al apoyo de Ciudadanos, y el salto al mando del PSOE tiene consecuencias inciertas.

Primero, porque Sánchez está dispuesto a dar una batalla que en principio se tendría que resolver a través de la votación de los militantes socialistas. Podría perder frente al actual líder. Segundo, porque si resulta ganadora de esta carrera orgánica y se repiten elecciones, como casi todos los socialistas consideran probable, estaría obligada a mejorar los 90 diputados logrados el pasado 20 de diciembre. Si no, el varapalo sería inmenso. Oficialmente, Díaz no prepara ningún salto. "Estamos posicionándonos sobre quién va a conformar el Gobierno. Todo lo demás no lo estamos discutiendo", dijo el vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios.   

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Sánchez, mientras tanto, se mantiene firme. No tiene nada que perder. Sus colaboradores señalan que algunos barones críticos han empezado a aflojar, y que ellos están venciendo el combate argumentativo sobre la mejor fecha para el congreso del partido, que a su juicio debería tener lugar entrada la primavera, tras las posibles sesiones de investidura, para no interferir con la gobernabilidad del país. Los líderes territoriales más influyentes (Díaz; el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, y el asturiano, Javier Fernández, entre otros) creen que debe tener lugar de forma inminente. En cualquier caso, nunca sería antes de marzo, ya que el cónclave debe ser convocado por un comité federal con 60 días de antelación.  

PRIMERO, LA "AGENDA PÚBLICA"

“Es lógico que esperemos a que esto suceda porque no es lo mismo hacer un congreso del partido si gobierna el PP, si gobierna el PSOE o si hay unas nuevas elecciones”, dijo López en RNE.

Ahí está la verdadera cuestión. Nuevas elecciones. Lo que los barones críticos temen es que si las investiduras fracasan (primero la de Rajoy y después la de Sánchez si el líder del PP no logra la reelección) no haya tiempo para celebrar el congreso del partido. Con lo que el secretario general repetiría como aspirante a la Moncloa.