El PP cierra filas con Rajoy tras pedirle un exbarón que renuncie

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. / periodico

PATRICIA MARTÍN / MADRID

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En un momento muy delicado; justo cuando Albert Rivera presiona Albert Riveraun día sí otro también para que el PP jubile a Mariano Rajoy, sugiriendo que con su retirada sería más fácil conformar una gran coalición con el PSOE, el expresidente murciano Alberto Garre revolvió las aguas del partido al pedir públicamente al presidente popular que dé un "paso atrás" y facilite un gobierno presidido por otro conservador. Visto el revuelo, la cúpula del PP ha salido a cerrar filas con su líder.

Las reflexiones de Garre estimularon al expresidente navarro y exdiputado del PP Jaime Ignacio del Burgo, quien pidió una renovación de “arriba abajo”. Sin tanta vehemencia, el martes desfiló por el mismo sendero el vicepresidente tercero de la Diputación de Alicante, Alejandro Morant. Al igual que la red FloridablancaFloridablanca, una organización con vínculos con el PP, que volvió a reclamar un congreso para renovar, el mes de mayo, la dirección del partido.

Garre fue especialmente hiriente en sus declaraciones en la cadena Ser porque sostuvo que hay un “clamor silencioso” entre sus correligionarios a favor de la marcha de Rajoy. Es cierto que las dudas sobre su liderazgo se incrementaron tras el 20 de diciembre, y especialmente cuando el líder popular declinó ante el Rey optar a la investidura. Son muchos los cuadros medios del PP que reconocen en privado que, de repetirse las elecciones, Rajoy no sería el mejor cabeza de cartel, dada su imagen asociada a la corrupción del partido. Ahora bien, la impresión más extendida es que salvo que el presidente dé voluntariamente un paso atrás, nadie le forzará a apartarse. De hecho, en las reuniones internas nadie rechista y son pocos los que, como Garre, expresan sus reparos en público.

UN PARTIDO DISCIPLINADO

El PP es un partido disciplinado y a la mínima arremetida su cúpula sale en tromba a defender a su líder. Así sucedió cuando Rivera, en el debate de investidura, pidió al partido conservador que retire a su presidente. Un cierre de filas que se repitió este miércoles tras las reflexiones del exbarón.

Figuras relevantes del gobierno y las organizaciones territoriales aseveraron que no existe tal “clamor” y sí una opinión “casi unánime” a favor de que Rajoy continúe y repita como candidato. Soraya Saénz de SantamaríaCristina Cifuentes o Alberto Nuñez Feijóo, dirigentes en los que están puestas todas las miradas como posibles sucesores, no dudaron en apoyar a su líder.

La dirección del PP atribuyó además las reflexiones de Garre a su malestar por no haber sido incluido, como otros expresidentes, en las listas al Senado. El exbarón ha tenido en los últimos meses discrepancias con Ramón Luis Varcárcel, histórico dirigente popular y presidente de Murcia de 1995 al 2004. Varcárcel, antes de su marcha a la Eurocámara, quería que su sucesor fuera Pedro Antonio Sánchez, pero en aquel momento este estaba imputado, por lo que designó a Garre. No obstante, la imputación decayó y en las últimas elecciones autonómicas Varcárcel, de acuerdo con la cúpula del PP, logró que Sánchez fuera el candidato autonómico, en detrimento de Garre, quien se distanció de Varcárcel y la dirección del PP.