El papel de Ciudadanos y el de Felipe VI centran una semana clave

El rey Felipe VI y Mariano Rajoy durante uno de sus habituales despachos semanales.

El rey Felipe VI y Mariano Rajoy durante uno de sus habituales despachos semanales. / periodico

PILAR SANTOS / MADRID

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Un mes después de las elecciones, España sigue sin saber cuándo se podrá nombrar al presidente del Gobierno. Treinta días han pasado sin que el ganador de esos comicios, Mariano Rajoy, haya dado muestras públicas de tener los apoyos necesarios para asegurarse la reelección. Sus colaboradores dicen que, aunque pueda parecer lo contrario, el líder del PP mantiene “muchos contactos” para lograr ser investido y que son “discretos” porque entiende que así serán más fructíferos. No le fue mal a los populares el martes pasado en el Congreso cuando, con mucha discreción, lograron que CDC, PNV y Coalición Canaria les dieran 10 votos para las vicepresidencias de la Mesa...

En los próximos días se podrá comprobar si esas gestiones de carácter reservado de Rajoy y el acoso mediático que los dirigentes del PP mantienen sobre Ciudadanos para que pase de la abstención al ‘sí’ en la investidura han surtido efecto. De rebote, los conservadores esperan que el PSOE de Pedro Sánchez, ante 170 votos afirmativos (137 del PP, 32 de Ciudadanos y 1 de Coalición Canaria), tenga más fácil saltar del ‘no’ a la abstención, necesaria para que el político gallego siga siendo presidente.

CUARTA RONDA CON EL REY

Del enrevesado escenario hablarán todos ellos y el resto de dirigentes con Felipe VI a partir del martes. El Monarca inaugurará ese día otra ronda (y van cuatro desde el 20-D) para saber si alguno de los representantes políticos cuenta con los apoyos necesarios para ser investido presidente. La Constitución reserva al jefe del Estado la potestad de proponer al Congreso un candidato a la presidencia del Gobierno.

En el caso de que Rajoy, que acude el último a las entrevistas el jueves, no haya logrado que cuaje la operación con Ciudadanos y el PSOE, la decisión del Rey podrá adquirir una relevancia desconocida en su incipiente carrera en la jefatura del Estado. 

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Felipe VI tendrá dos opciones: proponer al presidente en funciones, como hizo en enero (ante el riesgo de que vuelva a declinar el ofrecimientodeclinar  o para forzar que Rajoy acelere las negociaciones a fin de no ir a una investidura fallida), o aplazar la decisión de señalar a alguien y así permitir más margen para que se forje un acuerdo.

LA DECISIÓN DE PASTOR

En el caso de que nombre a Rajoy, la pelota pasará a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, Ana Pastor, del PP, que deberá decidir, en conversación con el jefe del Ejecutivo en funciones, la fecha para presentarse a la reelección.

Normalmente, esa sesión se ha celebrado pocos días después del pronunciamiento del Monarca. Solo en una ocasión el lapso de tiempo entre la propuesta y la celebración del debate se dilató tres semanas. Fue en 1996, cuando José María Aznar fue designado el 12 de abril y salió elegido en primera vuelta con mayoría absoluta, el 4 de mayo, gracias a los votos de CiU, PNV y Coalición Canaria.

Rajoy sugirió hace dos semanas que le gustaría que el debate empezara el 2 de agosto, aunque la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ya dejó caer el viernes pasado que si se celebrara en los últimos días de ese mes se podría trabajar de forma acelerada para aprobar el techo de gasto y los Presupuestos del 2017, los dos asuntos que más preocupan al Ejecutivo en funciones.

CÓMO SEDUCIR A CIUDADANOS

¿Qué puede ofrecer Rajoy a Albert Rivera para cumplir con su plan y conseguir que los 32 diputados de Ciudadanos le den el ‘sí’?  El líder del partido naranja dijo durante la campaña que no ayudaría a perpetuar al dirigente popular en la Moncloa ni siquiera con su abstención, pero el 13 de julio se corrigió a sí mismo y, tras una reunión de su ejecutiva, levantó el veto. En estas dos semanas, en las múltiples entrevistas que Rivera ha ofrecido, ha asegurado que su partido lo ha hecho “por el bien de España” y porque abomina de que se tengan que convocar unas terceras elecciones. Ambos argumentos serían válidos para justificar el ‘sí’. 

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Hasta ahora, varios miembros de Ciudadanos consultados por este diario descartan cualquier tipo “de negociación” para  respaldar activamente a Rajoy, porque creen que no está capacitado para dirigir la nueva etapa “de regeneración que necesita España”. Esas mismas fuentes rechazan la posible entrada en un Ejecutivo con el político gallego al frente por la posibilidad de que “sigan saliendo casos de corrupción en el PP”. “Una vez que te ven sentados en la misma mesa del Consejo de Ministros es muy difícil marcar distancias”, advierte uno de los colaboradores de Rivera.

En unos días se sabrá si Ciudadanos se vuelve a corregir a sí mismo “por el bien de España”.