LOS ESPAÑOLES HABLAN DEL PROCESO SOBERANISTA

Navarros sin fronteras

NAVARRA. Alberto Garayoa, trabajador del metal, la bióloga Atsegine Villas y el profesor de FP Raúl Ciriza se citan en el café Iruña de Pamplona.

Pamploneses de distinto pelaje coinciden en mantener vínculos con una hipotética Catalunya independiente

GUILLERMO NAGORE / PAMPLONA

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Si hay alguna comunidad que acoge en su seno una variedad ingente de sentimientos identitarios diferenciados, esta es Navarra. Aquí habitan quienes se sienten navarros a secas, vascos, españoles, navarros y vascos, navarros y españoles, navarros a la vez que vascos y españoles... y así hasta el infinito.

Por ello, no resulta extraño que cuando EL PERIÓDICO junta a tres ciudadanos de distinto pelaje ideológico (en el céntrico café Iruña de Pamplona, bajo la atenta mirada de la escultura de Ernest Hemingway que dio renombre al local) los tres coincidan, de entrada, en una postura directa y clara; los catalanes tienen todo el derecho del mundo a decidir libremente su estatus y eso, a ellos, no les supone ningún problema.

"El Gobierno central es una máquina de fabricación de independentistas", apunta Alberto Garayoa, trabajador del metal, quien lleva a su terreno el actual auge de los sentimientos de los catalanes: "Esto es como en las empresas en donde hay sindicatos más moderados y otros más radicales. Pero cuando la empresa plantea un ERE salvaje los trabajadores viran hacia la posición radical, porque no les deja otra salida".

LO SENTIMENTAL

Una postura que secunda sin ambages Raúl Ciriza, profesor de FP, quien descarga en el Gobierno central la responsabilidad de la situación actual: "Entiendo perfectamente a los catalanes, que han dado muchos pasos para establecer una relación diferente con España y se les ha negado, con traiciones incluidas. Por ello no me extraña que, viendo que no podían alcanzar una relación estable, hayan decidido tirar por la calle de en medio". A juicio de Ciriza, el Ejecutivo del PP "está haciendo por el independentismo mucho más que todos los partidos soberanistas".

Atsegine Villas, bióloga, abunda en lo anterior pero haciendo especial hincapié en el factor sentimental, "que ha existido siempre en Catalunya. Conozco catalanes desde hace muchos años que jamás han tenido un sentimiento de ser españoles, que no se sienten cómodos en esa casilla que les han puesto y lo que quieren es precisamente eso, sentirse cómodos y no que les impongan". Villas no entiende de ninguna manera la cerrazón del Gobierno central a cualquier tipo de diálogo: "No sé, es como si en España hubiera pavor a poder cambiar las cosas, no lo entiendo".

La centralidad de la crisis económica en la situación actual es relativizada por los tres. "A principios de los 90, ERC ya usaba el eslogan de Madrid nos roba -comenta Garayoa-, en el que lo importante no era el robo, sino Madrid. Por eso no creo que tenga mucha relevancia la crisis actual, aunque haya influido algo".

"Hay que recordar -apunta Ciriza- que los primeros recortes que se dieron en el Estado, antes que el PP, los hizo el señor Mas en servicios públicos básicos. Por eso es importante recalcar que, aunque defiendo totalmente su derecho a decidir, la independencia no es la panacea para nada. Yo me apunto más -confiesa- a las posturas de la CUP, que, defendiendo sin rodeos el independentismo, basa su discurso y su trabajo en la lucha social".

En este punto, Garayoa recuerda el tema de Lluís Llach 'Companys, no és això', a través del cual el cantautor denunciaba el proceso de reforma y no de ruptura con la Constitución del 78: "A ver si al final va a tener que volverlo a cantar cuando consigan la independencia, porque me da la impresión de que todo se está centrando en lo sentimental, que tiene sus peligros, y se ha abandonado la política de verdad, lo que da de comer. La verdad es que no entiendo muy bien el situar como eje de tu vida algo como la independencia. Envolverse en banderas para esconder otros déficits es muy antiguo".

EL EJEMPLO ESCOCÉS

Villas también cree que la independencia por sí sola no solucionaría ninguno de los problemas sociales de Catalunya, pero entiende "esa sensación de frustración que tienen muchos catalanes de trabajar como locos para que al final no les repercuta en nada", aunque admite no disponer de información sobre la polémica del 'España nos roba': «No sé si roba o no, la verdad». Ciriza mantiene que "deben abrirse las balanzas fiscales de forma clara para que sepamos de verdad quién aporta y cuánto, porque si no construimos discursos desde la desinformación".

Mencionar la palabra Escocia provoca la inmediata reacción de aprobación por parte de los tres. "Deseable, puro sentido común, a lo que tenemos que tender", comenta Garayoa. "Aquí no se mueve nada, siempre piedras en los caminos", añade Villas, y Ciriza remata que todo se resume en "cultura democrática, voluntad política y superación de los negacionismos".

Villas y Ciriza, llegados a este punto, apuestan por "la desobediencia civil" del pueblo catalán, mientras que Garayoa prefiere "abrir vías de consenso, ir dando pasos poco a poco", pero los tres reconocen que llegado el hipotético momento de una independencia de Catalunya, este hecho no afectaría para nada su vinculación sentimental con sus relaciones catalanas. "Se me haría raro ver al Barça jugando la liga francesa", bromea Garayoa. "Me parecería perfecto si ellos lo deciden y no cambiaría nada. La relación seguiría siendo como con los asturianos, los andaluces o los madrileños", comenta Ciriza, mientras que Villas considera que "lo que nos falta un poco a todos es que hagamos las cosas con normalidad". "Claro que no cambiaría nada, ¿por qué va a tener que cambiar?", concluye.