el órdago soberanista

La mitad de catalanes creen que el 9 de noviembre habrá consulta

RAFA JULVE
BARCELONA

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La estrategia de los partidos soberanistas de mantenerse firmes en público e insistir en que el 9 de noviembre habrá consulta de autodeterminación está dando resultado. El president Artur Mas ha apuntado que, en el caso de que no se pudiera celebrar el referendo, se abriría la alternativa de unas elecciones plebiscitarias. Sin embargo, tanto el Govern de CiU como sus socios parlamentarios de ERC tratan de poner sordina a esa posibilidad y subrayan que no hay que ir más allá porque dentro de cuatro meses y medio los ciudadanos serán llamados a votar. Por ahora no hay convocatoria oficial, ni acuerdo con el Estado (el Congreso incluso votó en abril rotundamente en contra), ni ley de consultas catalana que la ampare, ni censo electoral... Como máximo, hay un prototipo de urna de cartón y unas papeletas impresas, pero los ciudadanos se muestran cada vez más convencidos de que el próximo otoño se hará efectivo el llamado derecho a decidir.

El cambio de percepción en tres meses y medio ha sido asombroso. El último Barómetro Político de Catalunya elaborado por el GESOP indica que el 49,5% de los entrevistados creen que la consulta del 9 de noviembre se acabará celebrando. Siendo puristas, no es ni la mitad de la población, pero es que en febrero la cifra de ciudadanos que daban por hecho que habría referendo era solo del 38,4%, 11 puntos porcentuales menos. En cambio, los escépticos representaban entonces el 46,8%, mientras que ahora, y pese a que Rajoy ha dejado claro que no lo permitirá, estos caen al 34,9%.

Gracias en parte al optimismo de los que se declaran independentistas, los papeles se han invertido en ese apartado, pero no en el de la predisposición a ir a votar. Dos de cada tres encuestados, el 68,4%, aseguran que participarán con total seguridad si hay consulta, un poco más incluso de los que lo pensaban en febrero (el 67,3%). Y si no se llevara a cabo el referendo -y pese a que hay partidos proconsulta como ICV-EUiA que se han mostrado claramente en contra-, el 51,1% de los catalanes verían bien que se optara por el plan b, el de las elecciones plebiscitarias. Solo el 18,9% estarían en contra.

ASCENSO MUY LEVE DEL 'SÍ-SÍ' / En cuanto al posicionamiento ante la doble pregunta del 9-N, es muy similar al de hace tres meses. En diciembre, nada más conocerse la formulación, este diario publicó una encuesta que desveló que el 44,1% de los catalanes votarían a favor de la secesión y el 36,2% lo haría en contra (con un porcentaje de indecisos del 19,8%). En febrero se volvió a preguntar: los primeros aumentaron en dos puntos (46,1%) y los contrarios casi no se movieron (36,3%). Ahora los porcentajes son muy similares, con un 46,8% por el sí-sí y un 35,9% por el no. La evolución es diminuta -y más si se tiene en cuenta el margen de error de la encuesta-, con una muy leve tendencia alcista de los partidarios de la separación.

Como viene siendo habitual en todos los barómetros, el resultado es muy distinto cuando la pregunta es: «¿usted se siente independentista?» La respuesta del último sondeo es que así se definen el 44,9% de los catalanes, frente al 49,9% que no.

TEORÍA DE LA CRISPACIÓN / También en torno al órdago soberanista, durante la precampaña y la campaña de las elecciones europeas se acentuó el debate sobre si este proceso crea crispación en la sociedad. El entonces líder del PSC, Pere Navarro, y los populares catalanes fueron los que más incidieron en ello, y la encuesta del GESOP lo  resume de la siguiente manera: la gran mayoría, el 68,3% de los entrevistados, aseguran no tener problemas para hablar de esta cuestión, frente al 25,6% que no se sienten cómodos. Estos últimos representaban el 24% hace tres meses y el 19,9% en diciembre. Son los partidarios de permanecer en España (el 36% de ellos) los que más dificultades dicen encontrar.