Mas, dispuesto a no liderar la lista única para ganarse al soberanismo

PILAR GARCÍA / MOLINS DE REI

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Artur Mas inició este sábado la que será su primera campaña sin Unió con una invitación a la sociedad civil a liderar una suma de fuerzas que se traduzca en mayoría soberanista en las urnas el 27-S. El president apeló a la "responsabilidad" de las entidades que han protagonizado las movilizaciones independentistas de los últimos años, a las que emplazó, con un cierto tono de exigencia, a asumir "riesgos". Pero fue más allá, al mostrarse dispuesto a dar un paso atrás y no encabezar él la candidatura. "Puedo ofrecerme para que se cuente conmigo y se me asigne el papel que haga falta", dijo.

No es la primera vez que plantea retirarse de la primera línea de la batalla electoral. En su conferencia de noviembre en el Auditorio Fórum de Barcelona, ya dijo que podía «encabezar», pero también "cerrar", una lista "de país" a la que llamó a integrarse a otros partidos soberanistas. Asumido el portazo de ERC y la CUP, al que aludió ayer varias veces -"eso ya se intentó y fue rechazado"-, volvió a lanzar su oferta, esta vez, eso sí, al margen de otras fuerzas políticas. "Cuando hablo de lograr el máximo posible de unidad [...] no me dirijo a partidos. Ni a Esquerra ni a la CUP -concretó- ni a nadie. Me dirijo al conjunto de nuestra sociedad", aclaró. "Y creo que se puede contar con Convergència", señaló el president al día siguiente de que el líder de ERC, Oriol Junqueras, apuntara a su propia lista unitaria que, como la de Mas, no priorizaría siglas.

"No penséis en una lista del president. Pensad, si es necesario, en una lista con el president", distinguió. La larga ovación que siguió le animó incluso a bromear sobre la euforia desatada por su propuesta de apartarse.

Público entregado

Mas eligió para iniciar la campaña Molins de Rei, municipio que CiU logró mantener el 24-M en el área metropolitana. En el acto en el Foment Cultural i de les Arts, que, pese a presentar como una "conferencia", tuvo todos los ingredientes de un mitin, nadie habría dicho que Mas no estará al frente de una candidatura por la independencia para las elecciones anunciadas, que no convocadas, para el 27 de septiembre. A las consignas independentistas y las estelades se sumaron gritos de "Mas, president, Catalunya independent" y una gran pancarta con un dibujo de Mas en la que podía leerse "Gràcies, president" junto al escenario. Lo que no se exhibía en la tarima eran las siglas de CDC y sí el lema Benvinguts al futur, el sello de la campaña con la que Mas quiere convencer de las bondades de la independencia.

El "turbo" del 'procés'

Una vez soltado lastre, con el divorcio de CiU que pone fin a 37 años de federación y antes coalición, el presidente de la Generalitat está decidido a poner "la directa" para que "el turbo de la ilusión" independentista suba de revoluciones. Si bien su propuesta de no encabezar la lista, algo que a priori se adivina improbable, parece alejarle de la especie de mesías en que se erigió en el 2012, la ruptura con Unió le ha servido a Mas para ganar enteros a los ojos de sus votantes independentistas. Así, el president no perdió la oportunidad de presentarse como alguien dispuesto a sacrificar por el país la "fórmula" de CiU. "Nos la hemos jugado al 100%", enfatizó.

Aunque Mas expresó hace unos días su intención de que la separación de Unió sea "amistosa", no pudo resistirse a responder a la dura crítica de su ya exsocio Josep Antoni Duran Lleida a "las formas" de CDC. "Por parte de Convergència no ha habido ningún ultimátum a Unió", respondió tajante. La fractura demuestra, remarcó, que su partido "va en serio" con la apuesta por un estado propio. "Aquí no estamos para remilgos", sentenció.

El 'sí se puede'

Mas cargó contra Podemos y Barcelona en Comú al señalar que el sí se puede coreado en la plaza de Sant Jaume el día de la proclamación de Ada Colau como alcaldesa "tiene que ver muy poco con el soberanismo". El apoyo a estas fuerzas solo llevará, dijo, a perpetuar una Catalunya "amputada y ahogada" por el Gobierno central. Como ya viene siendo habitual, alzó la bandera de la justicia social que es el objetivo, dijo, de la independencia.